Siempre fuiste tú

CAPITULO 87 pt 2

Pov: Christopher

El tiempo parece ir más lento, como si estuviera en cámara lenta, ella retrocede lentamente.

— Atenea...

Vuelve a retroceder y esto se vuelve una mierda, de nuevo está jugando a dejarme como idiota, cosa que esta vez no pienso pasar por alto.

— Mi amor yo...— es lo único que dice y se da la vuelta yéndose como una maldita cobarde.

Mi cuerpo se pone rígido, siento lava en las venas. Me jode que siempre hulla, que nunca afronte los malditos problemas, que se largue como Sara lo hizo a la primera oportunidad.

Estoy por levantarme preso del enojo qué siento por haberme humillado de tal manera pero ella se devuelve corriendo hacia mí y se arrodilla conmigo.

— ¡Claro que sí quiero mi amor! — llora, grita y me besa desesperada.

No sé a qué se daba su puta broma pero la pego más a mí, mis manos le recorren todo el cuerpo y me levanto tomándola en mis brazos.

Quiero alzarle el vestido pero se separa repartiendo besos por todo mi rostro hasta que me besa la nariz igual que nuestro hijo.

— Ahora la pregunta es, si tu amor ¿quieres ser mi esposo?

Se separa un poco de mí y cuando bajo la mirada a lo que trae en sus manos la jodida respiración se me atasca en el pecho al ver el anillo de diamantes.

A pesar del enojo de hace tan solo unos segundo no puedo evitar sonreír, en mi puta vida me hubiera imaginado esto. Se me infla el jodido ego de solo ver que mi mujer no solo aceptó casarse conmigo, sino que también ella me pidió matrimonio.

Terminamos el beso cuando ambos nos quedamos sin aire y se remueve para que la baje.

En ningún momento pierde el contacto visual, toma mi mano poniéndome delicadamente el anillo. Cuando termina hago lo mismo, pactando qué ahora si ella es y siempre será mía.

— Te amo Atenea— digo contra su boca— Ahora quiero escucharte a ti, dime que me amas, dímelo.

Le exijo.

— Te amo Christopher, eres mi amor, mi vida, mi todo— responde complaciéndome.

— Que romántica— me saca una sonrisa.

— Si, y ahora quiero que mi prometido me haga el amor— la alzó nuevamente y enreda sus piernas en mi cintura.

Me gusta ese término qué ocupa para follar así que sin más le doy lo que ambos queremos.

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Pov: Atenea

Jamás me había sentido tan plena, la felicidad que irradia mi cuerpo es impresionante.

Entre besos y toqueteos llegamos a la habitación la cual está llena de velas y pétalos.

Se toma el tiempo para bajarme el cierre del vestido y dejarlo caer a nuestros pies, al no tener ropa interior quedo completamente desnuda.

Me repara de pies a cabeza y suspira tomándome del mentón.

— Eres Jodidamente hermosa y mía.

Empiezan las caricias ardientes cuando me acomoda a altura de la almohada, dejando que le quite la ropa despacio.

Adoro los momentos como estos, pero este sin duda es mi favorito porque lo siento mío. Lo despacio se va tornando candente cuando queda desnudo sobre mí y va enredando las manos en mi cabello apoderándose de mi boca mientras el corazón me late fuerte preso de sus besos vehementes y las caricias arrebatadoras.