CAPITULO 88

3.8K 365 102
                                    

Dos semanas después

Pov: Christopher

Es oficial nuestro compromiso, aunque aún falta dar la rueda de prensa para hacerlo más "publico".

Mi hijo ha sido el más feliz estos días, Leonardo, Regina y Reece vendrán para la celebración qué Alex, Sara y Atenea están organizando para el gran anuncio.

Estas dos semanas han sido de mucho trabajo, juntas, pápelo, entrenamientos, arreglos, cambios y caos. La central mexicana lanzo un operativo por la muerte del coronel, eso trajo un poco de trabas pero nada que Patrick no pudiera resolver.

Atenea ha sido mi mayor apoyo para no perder la cabeza. Ella, Alex y la mujer que el ministro contrato para la campaña se han encargado de todo.

Lo único malo es que desde la semana pasada que entró al cuarto mes de embarazo la veo agotada, por las noches se levanta a cada rato al baño, las náuseas y vómitos no le dan tregua, tampoco los dolores de cabeza, la incomodidad de las tetas y sus cambios de ánimo.

Hoy fue un día de mierda, el consejo no deja de joder con demandas absurdas, mi carga de trabajo ha incrementado demasiado y sin contar que ahora mi mujer también está molesta.

— ¿Te sientes mejor? — pregunto intentando qué quite esa cara de quererme arrancar las bolas.

— No.

— Puedes dármelo y yo me lo llevo— le pido viendo a mi hijo en sus brazos.

Son las nueve y media de la noche y apenas vamos a la casa porque tuvimos una conferencia la cual se alargó demasiado.

— Esta cómodo y no quiero que se irrite.

Suspiro amándome de paciencia.

Pareciera que es al único que soporta, a él y a mí, solo que en la tarde le negué una tercera rebanada de pastel y ahora esta así conmigo.

— Mañana te puedo pedir otra— intento calmarme con ella y solucionarlo.

— Ya no quiero nada.

«Maldita berrinchuda»

No la hago enojar más y evito pelear así que ya no le digo nada, porque de lo contrario la cabeza me estallara.

La camioneta estaciona frente al edificio y los escoltas cumplen con el protocolo guiándonos al ascensor. Atenea lleva a Emiliano adormitado, le ayudo con el bolso y la mochila con juguetes. Alex no deja de llamar y mi genio empeora cuando el nuevo me pisa los talones con cada paso.

— Lo siento— se disculpa y Atenea suelta una suave risa divertida.

— El área es segura— avisan a Make regañándolo con los ojos.

Abordamos el ascensor, mi prometida no deja de verme sé que está agotada y molesta, acaricio un poco su mejilla y beso sus labios por unos momentos. No me aparta pero tampoco me deja intensificarlo.

Entramos al pent-house, las luces no se encienden y la migraña ya amenaza con explotarme la cabeza. Estoy harto de que todo sea un jodido lío, solo quiero que acabe para perdernos e ir nuevamente vacaciones a la isla.

Doy cuatro pasos adentro para encender la luz.

Se me arrojan encima, el golpe me toma desprevenido y caigo al suelo cuando me inmovilizan rodeándome el cuello. Encienden la luz y quien me sujeta no abandona la tarea.

— ¡Quieta perra! —Tyler se acerca corriendo.

El llanto de Emiliano comienza y los gritos de Atenea se mezclan con los demás.

Siempre fuiste túWhere stories live. Discover now