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...Ni siquiera supo en qué momento llegaron a las oficinas de la compañía, subieron apresuradamente hasta el último piso e ingresaron a la oficina del Taisho, en todo ese momento ella se mantuvo estática, casi con actitud errática, aunque a lo lejos pudo ver cómo el hombre llamaba por el teléfono de mesa y a los minutos una mujer de cabello negro vestida con un traje elegante ingreso al lugar.
- Buenos días... Sesshomaru, señora- Murmura con nerviosismo en cuanto entra.
La castaña no menciono nada pero la observo con el entrecejo fruncido durante varios segundos, hasta que el albino finalmente hablo y se despabilo por varios minutos.
- ¿Hellena para quien trabajas?- Inquiere con tono autoritario.
- Para el Señor Williams- Musitá con seguridad.
- Podrías explicarle a mi mujer que clase de relación tenemos- Pide nuevamente.
- Señora le aseguro que solo es una relación de trabajo... Es solo que con tanto por hacer lo mejor para llevarnos bien, es tener confianza, pero le aseguro que no es más- Explica caminando hacia ella.
Pero tal y como lo había hecho desde que llegaron, la castaña no respondió nada y se mantuvo en completo silencio observando a la mujer.
- ¿Lo ves?- Inquiere el hombre.
- Se que quizás llame muy temprano y no me exprese correctamente, pero le aseguro que solo llame porque estábamos teniendo problemas y necesitabamos la ayuda de su esposo- Completa la pelinegra sentándose frente a ella.
- Rin por favor...- Murmura el peliplata.
- Señora créame, yo no quiero ser la culpable de que ustedes peleen... - Insiste la mujer.
- No creo que seas la culpable...- Murmura la castaña luego de varios minutos sin hablar. - Me voy de aquí- Completa levantandose y tomando su bolsa para salir de la oficina.
Camino tan rápido como pudo y salió del edificio, por más confesiones o intentos de explicar, seguía habiendo algo en ella que no le dejaba estar tranquila, no se sentía segura, su corazón una vez más estaba hecho un nudo y tenía miedo... Tenía tanto miedo.
Llegó a un pequeño parque a dos cuadras del lugar, y una vez lo hizo de sentó en una de las bancas, se mantuvo solo ahí, viendo a la nada, hasta que varios minutos después pudor ver de reojo la robusta silueta del albino sentarse junto a ella.
- ¿Aún no me crees?- Pregunta decepcionado.
- No puedo...- Musitá a los segundos.
- ¡¿Es que acaso no me tienes confianza?!- Inquiere en tono apagado.
- Ya no lo sé Sesshomaru... Tenemos tantos problemas que no lo se- Le reprocha al fin encarandolo.
- Rin escuchame mi amor... Yo jamás, jamás te lastimaria así, te amo Rin- Confiesa tomandola de las manos. - Mi cielo, tu eres la mujer de mi vida, eres la madre de mis hijas.... Te amo, de adoró como a nada en este mundo y jamás pensaría en otra mujer que fueras tú- Completa aferrándose a su agarre.
- Siempre me dices lo mismo, pero... nunca cambia nada- Le recuerda quitando las manos.
- ¿Que es lo que quieres que haga? Hago lo que me pides, trato de mejorar cuando me lo pides, pero nada nunca es suficiente para ti- Le reprocha ya hastiado.
- No es que no sea suficiente... Pero me acabo de dar cuenta que el problema no es ella, somos nosotros...- Confiesa en medio de un sollozo.
- ¿Nosotros?- Inquiere confundido.
- No estamos bien Sesshomaru ¿Que no lo ves?- Asegura. - Pareciera que estar bien nos molestará, simplemente siempre hay algo que nos separa- Insisite con obviedad.
- Estás exagerando, son problemas que cualquier pareja tiene- Le contradice levantandose.
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Enamorarte.
FanficEstá historia es la continuación del fanfic "Tu dulce presencia" que también pueden encontrar en mi perfil. Es importante leerlo con anterioridad para entender algunas cosas. . . ... SINOPSIS. La gloriosa victoria de la noche en que sus labios se to...