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...Recién había terminado de hacerle la coleta a Towa cuando el sonido del celular llamo su atención, se giro y lo tomó de la mesita de noche de su hija para contestar lo que después vio que era un llamada de su padre, la cual no tardo más de un minuto, pues su progenitor solo llamo para informarle que ya estaba por llegar a recoger a las niñas, como ella se lo pidió en la mañana de camino al trabajo.
Tomo las mochilas de su hijas, las colgó en sus hombros y tomo a las niñas de las manos para llevarlas hasta la primera planta, y luego salir hasta la entrada de la casa; no pasaron ni cinco minutos cuando pudieron ver el auto del pelinegro hacerse paso entre la estrecha calle del conjunto.
- Ya viene el abuelo- Informa a sus hijas.
Mientras se quita las mochilas y lentamente las acomoda en los hombros de las gemelas, segundos después logro escuchar el auto ser aparcado frente sí, y se reincorporo para llevar a las niñas hasta el.
- Papá- Saluda con una leve sonrisa.
- Hola cariño- Corresponde el hombre con una sonrisa. -¿Ya están listas esas pequeñas?- Completa mirando a sus nietas.
- ¡Siii!- Responden ambas al unisono mientras suben con ayuda de su madre.
- Con cuidado- Murmura la castaña tomando firmemente la mano de Setsuna, quien al spresurarse casi se resbala y cae sobre su hermana.
- Estoy bien mami- Asegura la niña.
- Aún así mi vida, ve con cuidado- Insiste abrochando finalmente los cinturones de ambas. - Ya está.... Un beso a mamá antes de ir- Pide girandose para dejarles la mejilla a su alcance.
La hermanas se inclinaron un poco y casi al mismo tiempo dejaron un sonoro beso en la mejilla de su madre, seguido a esto la castaña casi imitó la acción de su hijas, pues tan rápido como pudo dejo un beso en sus frentes.
- Las amo con mi vida- Musitá para reincorporarse y cerrar la puerta. - Adiós pa, muchas gracias... Y saludame a mamá, dile que le mando muchos besos, y a ti también- Completa con una risilla.
- Adiós cariño, cuídate- Corresponde encendiendo el auto.
Su hija le hizo una última seña de despedida y el la vio como el momento perfecto para partir, puso en marcha el motor y al poco tiempo logro perderse de la vista de la atolondrada madre que aún esperaba fuera de casa.
No fue hasta casi ocho minutos después, que regreso a la casa y a su habitación, en dónde después de ese largo día al fin se despojo de la ropa del trabajo y se adentro en la tina con agua tibia que había preparado antes de peinar a sus hijas, se recostó en el espaldar y simplemente cerró los ojos a modo de dejar ir la pesadez que sentía por dentro, sin embargo, no pasó mucho para que el agua terminara por fastidiarla, y en un impulso salió y quitó el tapón para ir hasta el armario en dónde busco algo mas cómodo, un pantalón de chandal y un suéter holgado para después tirarse a la cama, en dónde no paso mucho tiempo para que se quedara dormida.
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...Se removió por quinta vez en la cama, y para ese punto la calidez a su espalda y la áspera complexión acompañada del peso en su cintura terminaron por confirmarle que no estába sola, a duras penas se giro y abrió lentamente los ojos para asegurarse de que no era un sueño, pero ahí lo vio... Plácidamente dormido y aferrado al agarré en la cintura de ella, sonrió levemente y poso un mano en su mejilla antes de inclinarse y dejar un beso en la punta de su nariz.
- No sentí cuando llegaste...- Murmura a escasos milímetros de su rostro.
Sabía que le respondería, fue por ello que se atrevio a hablar.
- No quería despertarte- Balbucea.
- Está bien... Duerme, no te despierto más- Asegura en medio de una leve risilla.
Se giro y retomo la posición inicial, perfectamente recostada a el, y con aquella amena calidez que su cuerpo le brindaba gracias a la cercanía, ella también termino por quedarse dormida, sin embargo, esa tranquilidad no fue más que momentánea pues a los veinte minutos nuevamente recobro la conciencia y está vez con hambre, se deshizo delicadamente del agarre de su esposo y bajo hasta primera planta en dónde ni corta ni perezosa fue hasta la cocina y se preparó un sándwich y sirvió un vaso de jugo, que una vez listos disfrutó sentada en las sillas reclinables del jardín.
Comió todo a gusto y con calma, cuando acabo dejo la loza en la mesita al costado para así reclinarse en el espaldar y reposar los alimentos, ya no tenía ni pizca de hambre pero la pereza se había apoderado de ella una vez más, así que se mantuvo en aquella posición por lo que supuso fue media hora, hasta que pudo escuchar la ronca voz de recién levantado de su esposo a sus espaldas, se giro y pudo ver cómo se acercaba mientras se frotaba los ojos, ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando notó que se inclino al inicio de la silla y se abrió paso entre sus piernas para recostarse en su pecho.
- Debes estar muy cansado... Anoche no dormiste nada- Murmura al ver que nuevamente cierra los ojos con pesadez.
Poso una mano sobre su cabeza y comenzó a dejar leves caricias en la misma.
- Está bien mi amor, duerme- Asegura dulcemente mientras continúa haciéndole caricias.
Que para el, justo en ese momento de cansancio y pesadez se sintieron como la gloria , sin embargo, tenía una cita pendiente con ella y por más sueño que tuviera en ese momento no quería permitirse fallarle a su mujer. Levantó un poco la cabeza y le sonrió.
- Está bien, ya casi son las seis y tenemos que salir- Le recuerda.
- ¡No!- Asegura al mujer a los segundos y con total determinación.
- Cielo, lo habíamos acordado ayer- Insiste intentando levantarse.
Pero la castaña se lo impidió cruzando las piernas alrededor de su cintura y una vez más bocifero.
- No importa. Quiero que descanses mi amor, mírate... - Insisite tomándolo de las mejillas. - Podemos ir a cenar otro día... Hoy quiero que descanses mucho- Completa con una leve sonrisa.
- Mi cielo...- Musitá inconforme.
- ¡Nada Sesshomaru!- Lo reprende.
- Está bien- Murmura resignado y recostando una vez más la cabeza en el pecho de la mujer.
- Descansa hoy- Insiste retomando las caricias en su cabello.
- ¿Tenías que decirme algo?- Pregunta de repente.
- ¿Porque lo dices?- Inquiere sorprendida.
- No lo sé... Pensé que por eso querías que fuéramos a cenar- Confiesa.
- Solo quería ir a cenar con mi esposo- Suelta con seguridad. - ¿No puedo querer eso?- Completa con sorna.
- Claro que puedes mi cielo- Asegura inclinandose una vez más para verla.
- Entonces deja de hablar y duerme- Pide dándole un leve pellizco en la mejilla.
Pero el solo se queda observandola por unos segundos antes de sonreír levemente y dejar un corto beso en los labios de ella.
- Te amo mi cielo- Confiesa una vez que se separan.
- Y yo a ti mi amor- Corresponde dejando una caricia en su mejilla.
Luego de eso el se recostó nuevamente en el pecho de ella y al poco tiempo concilio el sueño, mientras la castaña se limitó a dejar caricias en su cabello con la esperanza de que su esposo durmiera un poco más, pero sin darse cuenta, también termino por rendirse ante los brazos de Morfeo.
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...CONTINUARA...
Si llegaste hasta aquí, gracias por leer preciosuraa.♥️
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Enamorarte.
FanfictionEstá historia es la continuación del fanfic "Tu dulce presencia" que también pueden encontrar en mi perfil. Es importante leerlo con anterioridad para entender algunas cosas. . . ... SINOPSIS. La gloriosa victoria de la noche en que sus labios se to...