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...Luego de que la castaña tomo el valor para confesarle la verdad a su esposo, la noticia comenzó a volar y en cuestión de horas, todos se enteraron de la buena nueva, su madre casi chillo de la emoción al saber que tendría un nuevo nieto e Izayoi ni se diga, tal parecía que la existencia de aquel bebé, ánimo cualquier pereza que hubieran tenido, incluyendo las de sus padres. Además de que cuando le dieron la noticia a sus pequeñas, las gemelas se habían puesto tan felices que solo lograron animar más la postura de su progenitores, en cuidar y proteger a su familia, que dentro de poco tiempo se haría más grande.
Por su parte, el peliplata se había vuelto más cariñoso y hasta protector con su esposa, había estado llegando más temprano y aunque ella le reprochara, este le impedía hacer las cosas más sencillas y complicadas, con la excusa de que solo queria cuidar se ella y el; esa situación termino por cuasar gracia en todos.
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...DIAS DESPUÉS.
...Llevaba casi cinco minutos esperando fuera de la oficina de la terapeuta, pues Sesshomaru le había impedido caminar hasta el parqueadero, sin embargo, luego de aquellos interminables minutos se canso y aun en contra de la voluntad de su esposo, bajo las escaleras y camino hasta la entrada del subterráneo, justo en ese momento pudo ver el auto colo negro del albino asomarse, de inmediato se freno frente a ella y en cuanto vio la ventana bajar, supo que un regaño vendria.
- ¿Porque no me esperaste?- Inquiere con el ceño fruncido.
- Porque te demoraste mucho- Asegura girando el automóvil y subiendo del lado del copiloto.
- Cielo...- Suelta casi como un reproche.
- Sesshomaru, el doctor dijo que debía caminar - Le recuerda.
- Pero esto está muy lejos- Asegura poniendo en marcha el motor.
- No seas tan exagerado mi amor- Se mofa.
- ¡No lo estoy siendo!- Insiste.
- ¡Sesshomaru!- Suelta en medio de una risilla. - El bebé y yo estamos bien- Completa posando una mano en su vientre.
- ¿Segura?- Insiste más preocupado y haciendo lo mismo que ella.
- Si mi amor- Repite moviendo su mano y posando la sobre la de el.
Se mantuvieron así durante todo el camino, el con un mano en su vientre, pero sin despegar la vista del camino, y ella con ambas sobre la de el. A los veinte minutos llegaron a casa de Kagura por las niñas y fue inevitable para la castaña no adentrarse e iniciar una amena conversación con su cuñada, mientras a duras penas su esposo y hermano hacian lo mismo, solo que en la sala.
- No te imaginas lo que feliz que me hace- Insiste por quinta vez la pelinegra y tomando las manos de su cuñada entre las suyas.
- Gracias Kag- Responde al borde del llanto.
- ¡No llores!- Demanda. - O lo haré yo- Completa recordándole el evidente hecho de que para ese punto de su embarazo ya estaba tan sensible que era inevitable no llorar con nada.
- Está bien, no llores... A ni sobrinito no le hará bien- Asegura dejando una caricia en el enorme vientre de su acompañante.
- Parezco un globo a punto de estallar- Suelta con sorna al notar la acción de la castaña.
- No digas eso- Pide en medio de una risilla.
- Es la verdad, pero no importa... En unas semanas al fin tendré a mi Hakudoshi en casa- Le recuerda.
- Me muero por conocerlo- Chilla con un enorme sonrisa.
- Y yo a tu bebé... ¡Ha sido una noticia maravillosa! Además nuestros bebitos van a tener casi la misma edad- Asegura.
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Enamorarte.
FanfictionEstá historia es la continuación del fanfic "Tu dulce presencia" que también pueden encontrar en mi perfil. Es importante leerlo con anterioridad para entender algunas cosas. . . ... SINOPSIS. La gloriosa victoria de la noche en que sus labios se to...