Capítulo 13: Nueva "vida".

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Después de la muerte de mi madre mi padre tuvo que hacerse cargo sobre mi. Tuve que ir a vivir con él porque su casa estaba lejos de la mía. Extrañaba a mi madre. Fui tan estúpida... los últimos días que vivió no aproveché el tiempo que tenía libre porque todo el maldito tiempo se la pasaba comprando comida, haciendo pastelillos o tratando de que comiera algo más. Yo la entiendo porque era mi madre y se preocupaba por mi, pero no tenía nada de qué preocuparse, lo único que yo hacía era adelgazar, lo único que hacía era ponerme bella. No quería tener su final... yo pensaba en comer algo, pensaba todo el tiempo en meterme un trozo de pan a la boca pero el miedo de verme al espejo y ver el futuro que tuvo mi madre era más fuerte que mi "voluntad" para comer. 

Todo el tiempo mi mente estaba atormentada por 2 pensamientos que no me podía sacar:

<<No voy a comer, ni por el amor que siento a mi madre, no me voy a arriesgar a ser fea o gorda ni voy a dejar que me muera por una enfermedad como mi mamá. No puedo comer, la belleza solo se alcanza siendo delgada, si como no voy a ser bella. No necesito comer, no tengo hambre, no quiero engordar>>.
<<Quiero comer, necesito algo de comida, tengo hambre, me duele la cabeza, tengo frío, me duele el estómago, necesito algo de comida, quiero comer...>>
Solo 2 pensamientos  contradictorios estaban en mi mente todo el tiempo, y de vez en cuando pensaba en la estupidez de mi padre. Era horrible vivir con él. Me inscribió a una escuela particular para que pudiera terminar de estudiar la secundaria, que estaba cerca de la casa y todos lo días era lo mismo. Me levantaba a las 5:00 am para alistarme y después me llevaba a la escuela para que se fuera al" trabajo". La escuela era una tortura... no había ninguna persona que no me mirara raro o que dijera algo de mi. "Seguro ya se dieron cuenta de parezco elefante" pensaba, sin darme cuenta de que me miraban así por lo delgada que estaba. No había ningún maestro que me pusiera atención y tampoco había ninguna Betty que me mirara con sus ojos brillantes y hermosos. Lo que compraba en la cafetería diariamente eran 2 botellas con agua. El uniforme, que era una falda gris con una camisa blanca y un suéter azul marino, lo sentía cómodo porque me quedaba muy grande y no se podía notar mi cuerpo. Cuando terminaban las malditas y aburridas clases tenía que caminar hasta mi casa. No caminaba tanto porque estaban muy cerca y cuando llegaba a mi casa me ponía a leer o a escuchar música. Desde que llegaba a mi casa trataba de entretenerme y distraerme con algo para que no me diera hambre. Cuando me aburría de hacer alguna cosa abría un portal de internet y le mandaba un mensaje a Betty, que casi siempre decía lo mismo: "Hola Betty, te extraño." "Hola Betty, necesito verte" "Hola Betty, quiero hablar contigo". Después de que le enviaba un mensaje me ponía a llorar hasta quedarme dormida, porque Betty jamás contestaba ningún mensaje que yo le escribía. Mi padre regresaba muy noche con olor a alcohol y con una que otra multa. Así era diaro. Cada día pasaba lo mismo, la misma rutina. Desde la mañana hasta la noche era lo mismo. (Claro que a veces mi padre cambiaba de horario de llegada y cuando llegaba a la madrugada yo tenía que caminar sola hasta la escuela porque no sabía conducir). Mi padre jamás se preocupó por mi, lo único que recibía de su parte era casa y colegiatura. Eso me ayudaba porque nadie se preocupaba por mi alimentación aparte de mi. 

Mi cuerpo y yo.Where stories live. Discover now