Capítulo 20: El final, segunda parte.

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Yo estaba enferma, podían tratar esa enfermedad, pero mi padre no podía ayudarme. Él estaba muy endeudado ya que era adicto al alcohol y en los bares perdía dinero por todo, ya que también era fácil que perdiera las apuestas que hacía. Realmente me amaba, me di cuenta cuando las cosas se hicieron imposibles. Él me amaba, pero a veces las personas caemos más rápido en las adicciones y en las enfermedades que en lo que debería ser una prioridad, en este caso mi padre prefirió estar bebiendo con sus amigos que estar con su hija. Pasamos otros dos días en el hospital pero mi padre le había dicho al doctor que él no podía pagar tanto, al tercer día me llevaron a casa porque fue mi decisión, yo no quería estar conectada a tantas cosas y al llegar a casa mi padre huyó, se escapó de la realidad jugando a la escondidillas con la vida, detrás de cada botella de alcohol, saltando divertido pero preocupado de que la realidad lo encontrara y tuviera que regresar a ella.

Y el pobre hombre apenas se había dado cuenta de lo que era su "pequeña y linda Stacy" en su pequeña y miserable vida... Ya no quería seguir sufriendo, pero sabía que todo fue mi culpa, desde un principio pude haber dicho todo lo que pensaba a mi madre y estoy segura de que ella habría cuidado más su alimentación y al mismo tiempo la mía, pero bueno, me enfermé de anorexia, "maté" a mi madre de algún modo, hice que Betty se deshiciera de mí, hice que mis brazos tuvieran grandes cicatrices, hice de mi vida un infierno... fui yo, fue mi culpa desde el principio.

No podía regresar en el tiempo y pensar que todo fue una pesadilla, así no funcionaban las cosas... Era evidente de que yo tenía una consecuencia, la muerte.

Recuerdo que pensé: "Alicia, escúchame por favor, una última vez, te lo suplico"... esperé un par de segundos y seguí, "Si muero estoy segura de que no será en vano, todo lo que hice tuvo una finalidad, un objetivo... y lo alcancé. Si muero lo haré feliz porque ya no soy gorda. Entendí de que nunca podré tener a la gente feliz, ellos nunca se conforman con nada porque si eres gorda te critican pero si eres flaca también, a menos de que seas una modelo con tetas y culo grande pero con cintura de avispa te podrían dejar en paz... eso ya no me importa, lo que sé es que me siento más cómoda siendo flaca que una bola de grasa. Y tú Alicia me ayudaste a que mi cuerpo fuera así..." Cerré los ojos pausadamente y traté de relajarme, en realidad ya no sentía nada, solo tenía algo muy cercano a la desesperación y a la tristeza igualmente.

Pasé la navaja por última vez en mis huesudos y esqueléticos brazos y con las fuerzas que tenía subí a la silla frente a la cuerda que ya había sujetado en forma de nudo al candelabro alto del techo de mi casa. Coloqué mi cabeza dentro del aro que formaba la cuerda. Pronuncié mi última palabra que resonó fuerte en mi mente y di un pequeño salto. La silla se cayó y mi cuerpo se tambaleó un poco, después de eso todo mi peso (45 kg aprox) estaba apoyado en mi cuello, ya no podía tomar más aire y morí... Cuando mi padre regresó ebrio y vio mi cuerpo colgado se desvaneció totalmente comenzó a gritar horriblemente. Yo ya no sentía nada. Pero la última palabra que dije seguía retumbando en mi cabeza una y otra vez... "Anorexia".


Mi cuerpo y yo.Where stories live. Discover now