Planes

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Después de un fin de semana encerrada, sola con sus pensamientos y fantasías de Garreth y edificios góticos, por primera vez en su vida esperaba con ansias que llegara el lunes para salir de su cuarto que, por dos días completos, se sintió como una prisión.

Al llegar a la escuela por la mañana, era de esperarse que Denni estuviera parada en uno de los jardines al lado de la entrada del edificio. Estaba recargada en el costado de las escaleras de la entrada, viendo fijamente a Luna con una mirada un tanto desafiante e intrigosa.

—Cuéntame, ¿cómo fue?

—Hola, buenos días. También me da gusto verte.

—Hola. Cuéntame.

—¿Es en serio, Denni? Pasé todo el fin de semana en arresto domiciliario, ¿y sólo me dices eso?

—Luna, sé que tu fin de semana fue horrible. —Suspiró—. Te lo mereces por no decirme... te mereces la semana de castigo.

—Un mes...

—¡Guau! Pietro nunca te había castigado tanto tiempo... debe estar muy enojado.

—Fue mamá quien me dio un mes.

—Eso lo explica... Igual te lo mereces

—¡Por Dios, Denni! Iré a clases, debo llegar temprano.

—¡Luna!

—¡Después te contaré!

Se alejó ella sola por el camino largo hasta el salón de Historia para evitar toparse con Scott o Bernadette; no quería preguntas incómodas de nuevo. Al llegar al aula, tomó de nuevo su libro de arquitectura y examinó la parte donde hablaban de simbolismos. Tenía que aprovechar el libro lo más que pudiera ya que ese día debía devolverlo a la biblioteca del campus. Llegó Monsieur Comtois y saludó a los pocos alumnos que ya estaban en el aula.

Al terminar la clase, en la que pasó su tiempo metida en el libro, se dirigió a la biblioteca, cuando se encontró con Scott y Bernadette en el patio central.

—¡La sobreviviente ha regresado! ¿Hey, estás bien? Supe que te secuestró un vago.

—¡Scott! —le reprochó Bernadette dándole un ligero codazo en las costillas—. Deja de molestarla —susurró con su característico tono amable y acogedor.

—No era un vago, no me secuestró y sí. Estoy bien, muchas gracias.

—No tienes que hablar de eso si no quieres... ¿pero luego me cuentas? —pidió Bernadette.

Simplemente le dio una sonrisa.

—Claro que sí.

Después de todo, ella no podía enojarse con Bernadette.

—¿Te vemos después de clases?

—No puedo, estoy castigada.

Luna se excusaba en su castigo, deambulando por la escuela en solitario, sin querer responder preguntas que ni ella misma entendía. Se sentía tan enclaustrada dentro de sí misma y no sabía por dónde empezar.

Durante el almuerzo no quiso ser el centro de las preguntas incómodas de nadie. Había decidido ir a Monille Cuisine para no sentirse sola pero tampoco acompañada. Se colocó los audífonos para empezar su corto camino, pero justo después de los dos primeros pasos, alguien jaló del cordón de éstos.

—¡Hey! —protestó molesta.

Giró los ojos en cuanto vio a su atacante.

—Bernie y el idiota de Scott están pasando mucho tiempo juntos últimamente —señaló Denni, caminando junto a Luna—. Parece que no les importa que no estemos ahí —sonrió para sí.

Luxure (sample)Where stories live. Discover now