Toque de Queda

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Habían pasado tres semanas desde el último encuentro entre Luna y Garreth. Con una urgencia de tenerlo entre sus brazos, Luna decidió comenzar a buscarlo de nuevo. Llamó a Denni para pedirle su apoyo en las coartadas que ya eran costumbre entre ellas.

Por un par de días, salió con la certeza de que lo encontraría, pero su fe se fue convirtiendo en angustia cuando en repetidas ocasiones su búsqueda era en vano, pues no había rastro de Garreth.

Con tantas preguntas sin respuesta, Luna no sabía qué pensar, sólo esperaba que Garreth estuviera bien; pero ella misma no se permitía sólo esperar a que él volviera a buscarla. Tenía una sensación en el pecho que no la dejaba en paz, como un presentimiento de que algo no estaba bien.

Una mañana en la escuela, agotada por estar días buscando incansablemente a Garreth, entró a la cafetería por un vaso de café para no cerrar sus ojos en clase.

Mientras esperaba su turno, puso su vista en el televisor colgado en una esquina del lugar. Ahí, un reportaje policiaco se transmitía en las noticias de las ocho.

—... El día de ayer se encontró el cuerpo sin vida de una joven de diecisiete años identificada como Roselle Sawyer en la autopista 66 a medio kilómetro de la entrada este a Saint-Archambault. Se desconoce el motivo del atentado. Podemos descartar robo y tráfico de órganos, pero hay serias marcas de violación junto con diferentes muestras de tortura que fueron avistadas en torno a su cuerpo. El equipo de investigación de la policía local ha abierto un expediente para llegar al fondo de este caso...

Varios murmullos comenzaron alrededor de Luna, pues esa chica Sawyer era bastante popular en la escuela. Inmediatamente, la espectadora se estremeció al saber la noticia. Un escalofrío le hizo preocupar por el bienestar de Garreth. Tenía que saber que él estaba bien así que, a lo largo de la semana, continuó con su búsqueda por la ciudad.

Un buen día, tras haber seguido su ruta ya usual sin éxito, Luna regresaba a Monille Cuisine, donde Roger le esperaba con una sonrisa inquisitoria. Habían pasado ya varios días en donde Monsieur Monille se enteraba de los planes escolares que su hija no se molestaba en decirle.

—¿Cómo va ese proyecto? —preguntó Roger, acercando su rostro al de Luna para recibir alguna muestra de afecto.

—¿Hmm? Denni me dejó plantada —contestó sin ánimos.

—Oh, bueno...

La sonrisa de Roger se esfumó en menos de un segundo cuando avistó al otro lado de la acera aquel pandillero que había robado la atención y el sentido común de Luna semanas atrás.

—Ese hijo de...

—¡Garreth! —gritó Luna antes de que Roger cruzara el umbral del restaurante.

Roger de inmediato enmarcó una mueca de rabia mientras caminaba con paso decidido y una escoba en mano, dispuesto a amedrentarlo.

—¿Qué quieres aquí vago? ¡Lárgate o te romperé la cara!

Luna, en seguida, trató de convencer a Roger de que se detuviera, sabiendo que quien terminaría con la cara rota sería el cajero, tomando en cuenta su último enfrentamiento.

—Roger, ya déjalo, déjame hablar con él. Por favor, tranquilízate.

Roger le dio una mirada frívola a Luna. Asumió que el vago la acechaba, que ella lo sabía, y peor aún, se lo permitía. En un arranque de celos, se acercó a Garreth nuevamente y trató de golpearlo con la escoba. Para la sorpresa de todos, Garreth no se defendió. Al recibir el golpe en la cabeza, el palo se partió en dos. Era como golpear una estatua. Garreth no mostró ningún tipo de dolor o molestia, de hecho, ni siquiera pareció préstale atención a Roger.

Luxure (sample)Where stories live. Discover now