Epilogo

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Camila

Cinco años después…

Permanezco en las puertas abiertas del balcón de nuestro dormitorio observando la salida del sol mientras mi esposa duerme en la cama detrás de mí. Las olas chocan suavemente contra la playa. Me paso la mano por mi gran barriga de embarazada.

—Gracias, abuelo. Abuela. Realmente se aseguraron que tuviese todo lo que siempre quise dándome una casa aquí. Los quiero — susurro.

Los pasados cinco años han sido un gran torbellino. Realmente te muestra cuánto puede cambiar la vida en un instante. A veces, todavía es difícil creer lo feliz que soy. No sabía que existía esta clase de felicidad. Es surrealista.

El Mermaid también ha cambiado. Al principio, decidimos cambiar el rumbo de nuestra estrategia de marketing para el Mermaid y ahora está floreciendo. Lo que también está floreciendo es mi capacidad para hacer bebés. Con eso, algunas cosas tuvieron que cambiar una vez más.

Renovamos el hotel después de eso, tomando la mitad del edificio para nuestro hogar familiar.

Mientras la gente estaba ansiosa por quedarse aquí una vez que lo supieron, estuve triste de que perdiésemos a algunos de los habituales al tener muchas reservas, así que en cierto modo volvimos a mis viejos hábitos de hacer las cosas.

Todo eso de menos es más, realmente es cierto. Al menos para esta parte de nuestras vidas. El resort principal todavía está ocupado como siempre, pero decidimos que no se necesitaba expandirlo. ¿Podría dar más dinero si lo hiciésemos? Seguro, pero no se trataba de eso para nosotras. Si querías conseguir una reserva aquí, necesitabas reservar con antelación. No era como si necesitásemos el dinero. Teníamos más de lo que usaríamos nunca. Vivíamos una vida simple y esa era la forma en que nos gustaba. Sobre todo para Lauren. Se adaptó a la isla con mucha facilidad. Pensarías que nació y creció aquí.

Disfruta de la vida relajada más de lo que nunca supo que lo haría.

No creo que esa mujer vaya a ponerse un traje en años. Incluso cuando me lleva lejos para un fin de semana en la gran ciudad, todo es siempre casual. Me alegra cuando dice cuánto ha cambiado su vida para mejor. Que nunca supo lo solo que estaba hasta que llegué a su vida. Que estaba trabajando tan duro para no tener que centrarse en nada más, porque si se detenía incluso por un instante, la soledad comenzaría a filtrarse en su vida. Ya no tiene ese problema.

Incluso su madre se mudó aquí y compró una pequeña casa. Ella y Lauren volvieron a las raíces de quienes eran antes de que ambas perdiesen al padre de Lauren. Estaba agradecida. Al menos, nuestros hijos tendrían una abuela. Sé cuánto significaron los míos para mí y odiaría que nuestros hijos no tuviesen ese tipo de amor. Es uno de los más dulces que hay en el mundo, la manera en que un abuelo quiere a su nieto.

—Ni siquiera pienses en ello —gruñe Lauren desde la cama, sentándose. Me giro y le sonrío.

—No iba a ir a darme un baño. —Sonrío y camino hacia la cama.

Estoy en bikini, pero no tenía planes de bañarme hasta que se levantase. No le gusta que vaya a darme baños en el océano sola cuando estoy embarazada, lo que en este punto es casi todo el tiempo.

Se sienta, pasando sus largas piernas por el lado de la cama. Me coloco entre ellas. Me besa la barriga.

—¿Mi pequeña niña te despertó temprano? —pregunta antes de darme otro beso en el estómago.

—No —admito—. Solo quería ver la salida del sol. No nos quedan muchos días calurosos. Pronto la isla será toda nuestra de nuevo.

—Mi momento favorito del año. —Tira de mí a su regazo.

—El mío también. —Suspiro. Estoy contenta de que nuestra pequeña llegará cuando la ciudad esté tranquila. Va a ser nuevo tener una niña pequeña. Todo lo que hemos tenido hasta ahora fueron niños.

—¿Quieres nadar? —pregunta—. ¿Antes de que todos los chicos se despierten?

Desliza su mano por mi muslo.

—Sí. —Me derrito incluso más contra ella.

—¿O en cambio quieres correrte? —Me lanza una sonrisa engreída mientras desliza los dedos debajo de la parte inferior de mi bikini. Gimo un poco cuando me acaricia el clítoris.

—¿Por qué no puedo tener ambos? —Me enfado juguetonamente.

—Sabes que vas a conseguir ambos —farfulla mientras nos gira tirandome en la cama, baja dándome besos por todo el camino. Abro las piernas para ella.

—Me despiertas cuando te despiertas. ¿Me escuchaste? — dice contra mi coño, habiendo apartado mi bikini a un lado.

—Sí. —Accedo mientras me da una larga lamida, sabiendo que accedería a cualquier cosa ahora mismo con su boca entre mis piernas.

Realmente sabe cómo conseguir lo que quiere de mí. Desde el primer día que llegó a mi vida, le he pertenecido. Demonios, eso probablemente es una mentira. Creo que le pertenecí incluso antes de eso. Me recompuso de nuevo. Alejó todo el dolor y me hizo sentir plena.

Me devora. No le lleva mucho tiempo hacer que me corra debajo de ella. Tiro de ella hacia mí, pero me evita y se levanta, sonriéndome con mucho amor en sus ojos.

—Dentro de mí. —La alcanzo, pero me sujeta las manos y me pone de pie.

—Te quiero en el océano. Una última vez antes de que el agua se vuelva demasiado fría.

Asiento con aceptación, queriendo eso también. Me encanta hacer el amor en el océano con ella. Se pone un bañador antes de tomar su reloj y pulsar la aplicación para asegurarse de que los monitores de los niños están encendidos por si se despiertan. Viviendo tan cerca del océano, nunca puedes ser demasiado cuidadoso. Sabemos si las puertas de sus habitaciones se abren o si hacen algún sonido. Lauren instaló el sistema de seguridad prácticamente al minuto que averiguamos que estaba embarazada la primera vez.

Chillo cuando me alza y me lleva al océano. El agua fría golpea mi piel. Me remuevo, rodeándole la cintura con las piernas mientras se adentra un poco más en el agua.

Nuestras bocas se encuentran en un beso profundo pero dulce y suave. Hacemos el amor con nuestras bocas. No pasa mucho tiempo antes de que esté apartando la parte inferior de mi traje de baño a un lado y se deslice dentro de mí. Gimo mientras entra en mí, apartando la boca de ella para gritar su nombre.

—¡Te amo! —chillo cuando mi segundo orgasmo en la mañana me golpea y sacude mi cuerpo.

—También te amo —gruñe antes de posar su boca sobre la mía, besándome de nuevo mientras nos sobreponemos a nuestro placer.

Cuando nos separamos, sigue sosteniéndome. Apoyo la cabeza en su hombro e intento recuperar la respiración.

—No creo que pueda nadar ahora. —Sonrío contra su cuello—. De hecho, no creo que pueda moverme.

—Es algo bueno que no tengas que hacerlo. Te tengo. Siempre. — Beso su cuello, relajándome contra mi esposa. La mujer más perfecta del mundo. Al menos lo es para mí. Encajamos. Nos pertenecemos.

—¿Alguna vez pensaste que estarías viviendo en el paraíso algún día cuando estabas atrapada en esas salas de juntas? —me burlo.

—Eres mi paraíso. Donde estés, mientras te tenga en mis brazos, eres mi paraíso. Me encanta este lugar, pero eres tú. Siempre tú.

Beso su cuello de nuevo, amando que yo sea su paraíso.

Fin.

Paradise - Camren Lauren G!PWhere stories live. Discover now