4. Frígido

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Mia todavía no lo creía.
Nos sentamos en su cama y charlamos, charlamos mucho y de todo.
La taza le encantó.

¿Y como vas con el tema del psiquiatra?-me pregunto tornando la conversación sería
Bien- dije en un tono nervioso porque odio hablar de este tema
sigo tomando las pastillas que me dio y escribí en mi celular algunos consejos para poder sobrevivir sin el estos meses, de todas formas me dijo que si necesitaba algo urgente lo  llame- conte tratando de darle cierre al tema
Ok de todas formas te ves muy bien, como si no tuvieras nada- dijo, y no ella se lo creía
Asentí con la cabeza y una sonrisa.
Sé que no estoy bien, porque la voz no se va, los pensamientos tampoco, pero la diferencia es que ahora los ignoro un poco más, y trato de distraerme.
Bueno y entonces, ¿como vas a festejar tus 19 años? -Le dije cambiado de tema
Todavía no lo sé, ¿podría hacer una cena y luego salir a bailar no?
Si será genial, hace mucho no salgo y tengo muchas ganas
Bueno entonces le voy  avisar a algunos amigos y hacemos eso, todo resuelto- dijo
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Volví a casa como a las 3 a.m
Mi cuarto estaba igual que siempre
Pero frío
Dormir en mi cama otra vez se sentía raro
Me tumbe y mire hacia el techo, todo estaba tan frígido, como si nunca jamás hubiera vivido ahí, como si nunca hubiera llorado abrazada a la almohada con mi corazón roto, como si nunca me hubiera acostado con chicos a mitad del día cuando mis padres trabajaban, como si la Sara que durmió en esa cama tantos años hubiera muerto, como si ya no fuera yo.

LuminiscenciaWhere stories live. Discover now