Una invitada sorpresa

71 13 6
                                    


El uso de la cerbatana era usada por espias en la Francia medieval, ya que era un arma potente, silenciosa y que podia ser guardada en cualquier lugar, incluso habia algunas que estaban formadas por varias partes.

Al alcanzar al consejero, el espia le disparo un dardo hecho de bamboo directo al cuello, al acercarse al consejero que se habia caido del caballo por el veneno paralizante, lo volteo con el pie y se hinco.

- ¿Creias que podias traicionar al ejercito frances, sin consecuencias?-. Pregunto el espia mientras agarraba la cara del moribundo consejero.- No hace falta que me respondas, ya se que no puedes hacerlo, mira te explico, poco a poco tu cuerpo se ira paralizando, hasta que dejer de respirar.

A su muerte, tal como le pidio el rey Luca I, le corto la cabeza y la enbolso en un saco que llevaba con el, se dirigio al norte para poder alcanzar a la caravana real, paso, por un poblado arriba de la ciudad de Niza llamado Avignon.

Al pasar por unos arbustos cercanos, escucho el sollozo de una niña que temerosa se escondia de las personas, al ver al espia trato de huir dando tropiezos con las piedras por sus pies descalzos.

- No temas, vengo en nombre del rey Luca I, ¿que es lo que te ha pasado?, ¿porque estas sola en estos bosques?, es bastante inseguro-. Pregunto el espia mientras estrechaba la mano para que ella agarrara confianza.- ¿Estas perdida?

- Desde chica mis papas, me enseñaron a que no debo confiar en gente desconocida.- Dijo la joven, intentando que no le vieran la cara.- Mis papas fueron asesinados, vivian en Niza, cuando llegaron los españoles y quemaron todo

- Tengo el simbolo real.- Le dijo murmurando el espia, mientras sacaba de su bolso un collar que llevaba el sello de la casa Faure- Dumont-. Tienes que confiar en mi, estos caminos no son para una jovencita.

Algo en ella llamo la atencion del espia, pero no le quiso tomar mucha importancia en el momento.

- Unos señores llegaron a matar a todos, logue escapar, vivia en una taberna y debajo de ella, habia un tunel que comunicaba al castillo, los jardines reales y a los establos.- dijo entre sollozos y murmullos.- Intentando evadir la pena que sentia.

- Vine a cumplir una mision, me mando el rey Luca I-. Dijo el espia mientras le volvia a tender la mano a la jovencita.- Acompañame, vamos a alcanzar a nuestro rey.

-Pero yo soy una simple plebeya, no puedo solo presentarme asi, vestida con estos harapos.- Dijo temerosa la jovencita mientras se estiraba el vestido razgado lleno de lodo.- No soy digna de ir a ver al rey, vestida con estos trapos viestos, me da miedo que por eso me vaya a colgar.

- No abria porque colgarte por esas nimiedades.- Respondio el espia.- mientras la ayudaba a subir a su caballo.- eres una subdita mas de la famiia real.

- Es verdad solo tengo miedo, de lo que vaya a pasar.- Dijo la jovencita agarrandose fuertemente de la espalda del espia.-

Se pusieron en marcha hacia el norte, dejando atrás un pasado doloroso y triste para todo el reino Frances.

Como todavia era de noche, tuvieron que acampar, casi llegando al pueblo de Lyon, en lo recondito del bosque real, entre los peligros que acechaban , estaban los ladrones, personas viles que se aprovechaban del mas debil, el espia decidio hacer un campamento para los dos encima de los arboles, atados con tan solo un par de lianas que los sostenian de caerse desde lo alto de los pinos.

Sonidos de buhos ululando se escuchaban a lo lejos, animales nocturnos que cazaban de noche, se oian murmullos de la gente que caminaba por los senderos, no sabian si eran delincuentes o personas huyendo de los sanguinarios invasores.

Los cuatro reino: la princesa guerreraWhere stories live. Discover now