Capítulo 4: Burbujas

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Maratón: 2/2

≈Narrador Omnisciente≈

Después del receso y de que Emilio le hiciera esa promesa a Joaquin, regresaron al salón de clases, todo transcurrió con normalidad, hasta que llegó el momento de la salida. Sus mamás ya estaban a fuera esperando por sus pequeños.

En la mañana después de dejar a sus pequeños, las madres se encontraron en el camino y se hicieron amigas, pues se dieron cuenta que eran vecinas, pasaron la mañana charlando para conocerse un mejor.

Emilio y Joaquin salieron muy contentos, bueno, el rizado no tanto pues tenía sueño, y lo único que quería era llegar a su casa a dormir, al ver a sus madres corrieron cada uno con su respectiva, saludando a cada una con un beso en la mejilla.

-Mira mami, ¿te acuerdas de él?- le pregunto Joaco a su mama mientras señalaba a Emilio

Su madre se le quedo observando por un momento, pero la verdad era que la señora era muy mala recordar personas o cosas, pero por un momento recordó a su pequeño feliz.

-Claro, fue el chiquillo que te ayudo en el parque la otra vez ¿verdad?- Joaquin asintió regalándole una sonrisa

-Valla que pequeño es el mundo, mi Emi defendió a su niño y ahora vamos a ser vecinos- comento la cubana

-¿enserio?- preguntaron los dos niños al mismo tiempo, con una pisca de felicidad en sus rostros

-valla que conexión tienen jaja- dijo la madre de Joaco- pero si bebes, van a ser vecinos

Los niños al oir esto, se vieron y se abrazaron sonriendo, las madres también sonreían, pues no pensaban que ya se llevaran tan bien los pequeños.

Juntos regresaron a la casa los cuatro, Emilio y Joaquin iban adelante pateando una piedra, pasándola entre ellos, y las señoras iban atrás, hablando cosas de señoras.

-mami puedo ir a jugar a casa de Joaco, o él puede venir a la de nosotros- pregunto el mayor juntando su manitas en forma de súplica, a lo que el menor se le unió, haciendo los dos un puchero adorable.

-lo siento cariño, pero ahorita nada más pasamos por tus hermanos y nos vamos a comprar los muebles que hagan falta- dijo la cubana.

Al llegar a sus casas los niños con un puchero se despidieron, Joaquin entro a su casa y Emilio espero a que sus hermanos salieran para ir a la mueblería.

Después de un rato de que la familia de Emilio estuviera checando y compara lo que les hacia falta fueron a una pequeña plaza a comer.

Su madre estaba regañando a sus hermanos, estaban peleando por quien se iba a sentar en donde diera la ventana, al final de cuentas Emi se sentó a un costado de la ventana y enfrente su madre, y sus hermanos uno de cada lado.

Estaban comiendo tranquilamente, Emilio estaba pensando en nada, se estaba concentrando en el espagueti que estaba comiendo hasta que en un momento voltio hacia la ventana y vio un señor vendiendo burbujas, había un botecito que tenía forma de Stich, sus ojos le recordaron al pequeño castaño, ya que él también los tiene muy grandes inmediatamente se le formo una enorme sonrisa

-mami, me puedes dar dinero para comprar unas burbujas- el rizado pregunto y de inmediato la mencionada y sus dos hermanos lo voltearon a ver un tanto confundidos

-¿pero qué dices? A ti nunca te gustaron las burbujas- dijo su madre con el ceño fruncido

-pues eso era antes, si me das dinero?- junto sus manos en forma de suplica

-pero termina de comer y cuando acabes vas

-¡ay no! qué tal si se va, ya no voy a poder comprarlas- reclamo Emilio- aparte el botecito tiene forma de Stich, que tal y ya no encuentro otro igual, ándale no seas así.

The Best Of Me ≈Emiliaco≈Where stories live. Discover now