Bien, bien, hagamos como que te creemos-dijo Sai en tono burlón.
Bien, qué los trae por aquí?-preguntó Naruto dejando de lado la vergüenza.
Ah, vinimos a hablar, ya sabes, no nos hemos visto en muchos años, una charla del equipo siete estaría bien-contestó Sakura.
Ahhhh claro, me encantaría hablar con ustedes-la característica sonrisa de Naruto apareció-Hace cuánto se casaron? Me hubiese gustado ir a sus bodas y el nacimiento de sus hijos-bajó la cabeza lamentándose.
Nunca hicimos una boda-Sasuke habló serio como siempre.
Pero están juntos verdad?-preguntó Naruto algo confundido.
Sí, pero nunca hicimos una boda-contestó con simpleza Sakura.
Ino y yo si tuvimos una boda, aunque no fue lo mismo sin ti-algo de tristeza se notó en la voz de Sai.
Conociendo a Ino debió haber sido algo lujoso y con estilo-dijo riendo Naruto.
Ja, ni que lo digas-habló burlón Sai.
Y tú? Cuándo te casaste con mi hermano y los... otros?-preguntó Sasuke.
Mmm... bueno, fue hace muchos años, hace 18 para ser exactos-dijo Naruto recordando aquellos tiempos.
Hace cuánto te casaste con Itachi?-preguntó Sasuke.
Hace 18 años, cuando me fui de la aldea estaba embarazado de Ren, vine a Uzugakure y aquí fue donde me casé, fue una boda rara porque me casé con los tres ese día. Cuando Ren tenía una año nació Shin, hijo de Itachi y un año después nació Shiro hijo de Orochimaru-dijo Naruto recordando todo.
Y Toneri?-preguntó Sakura.
A él lo conocí cuando Shiro tenía dos meses, pero nos casamos después de un año y entonces quedé embarazado y nacieron Sora y Soun-contestó con simpleza el rubio.
Siguieron hablando por un largo tiempo hasta que se dieron cuenta que ya debían ir a la casa de Naruto.
Hola chicos ya llegamos-saludó Sai.
Hola-dijeron todos.
La cena ya está lista-dijo Itachi saliendo de la cocina.
Todos fueron al comedor para y entre risas y charlas terminaron la cena y se fueron a sus habitaciones para dormir.
~En la habitación de Naruto~
Ah...Itachi...Madara-los suspiros de Naruto se escuchaban en toda la habitación.
Naruto me encantas-la voz ronca de Itachi susurrando en su oído era realmente sexy.
Me vuelves loco-susurró Madara contra su cuello haciendo que se excitara más de lo que estaba.
Los gemidos eran cada vez más fuertes, se oían por toda la habitación, por suerte el ruido no salía gracias a la técnica que Madara había usado para que las paredes fueran aislante de sonido.
Ya era de madrugada cuando dos figuras se acostaron para descansar al lado del rubio que estaba acostado desde hace un buen rato. Se encontraban jadeando debido a la intensa actividad que estuvieron realizando durante las últimas horas.
Hasta la próxima!
