Octava nota - 02/05/2005

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Lunes 2 de mayo de 2005

Hoy te odio, Adela.

Ya empezaron los parciales, y el tuyo ha sido el más difícil de todos. Espero aprobar. Igual sé que hay recuperatorio, por si me va mal, pero soy demasiado perfeccionista y prefiero pasar de entrada, y con mínimo un ocho de nota, así mantengo la chance de promocionar. Esta semana y la que viene van a estar llenas de exámenes. No sé si voy a tener vida.

El sábado no fui a la iglesia. Papá quería que asistiera a esa reunión especial en la que iban a hacer los votos de castidad hasta el matrimonio, e incluso se ofreció a comprarme la pulsera de plata, pero no le di el gusto. Le dije que tal vez más adelante, pero que de momento no sentía la necesidad de ir a la iglesia, que yo oro a Dios a diario —mentira— y que siento que no necesito nada más. No quedó convencido, pero me dejó salir igual.

De todos modos, como tenía que estudiar para mis exámenes no fuimos a bailar con Pablo. Solo salimos a cenar y nos besamos en su auto un rato breve; me llevó a casa antes de la una de la madrugada. Pienso seguir postergando un poco más el encuentro sexual. Él me dijo que le encantaría llevarme a un lugar especial el día en que esté lista para eso, que va a pedir una habitación de hotel linda y que estaría genial pasar toda la noche juntos allí en vez de ir a bailar o a alguna otra parte. Me pareció muy lindo de su parte ofrecer esto.

Ya le tengo muchas ganas, a decir verdad. Quisiera concretar con él una vez que se terminen los parciales.

Y también sigo teniéndote ganas a vos, Adela. No puedo evitar preguntarme, e imaginarme, cómo sería tener sexo con vos. Es algo en lo que pienso casi a diario, y que muchas veces me distrae de lo que tengo que estar haciendo: estudiar.

Dicen que las mujeres suelen tomar roles a la hora de tener sexo con otras mujeres —así como los hombres homosexuales—, que por lo general una es activa, o pasiva, aunque algunas chicas pueden ser una mezcla de ambas cosas; creo que le dicen versátil, o algo así leí en un foro en Internet el viernes. Fui al cyber a buscar material para hacer unas tareas y aproveché a leer foros de lesbianas. También me metí en un chat y me animé a hacer algunas preguntas a las chicas que estaban por ahí.

Yo no lo sé con seguridad porque no cuento con experiencia previa de ninguna clase, pero, si fuera lesbiana, probablemente sería pasiva. Al menos, en mis fantasías sos vos la que toma la iniciativa, la que me lame o me mete dedo, o que aparece con juguetes de toda clase y color. Aún no sé si me atrevería a practicarle sexo oral a una chica, apenas si lo he probado con varones y casi siempre me han dado arcadas. Mis novios nunca se animaron a hacérmelo a mí; creo que tenían miedo de que tuviera mal sabor. Igual me han contado que está muy bueno que te lo hagan y que hay chicos a los que les encanta practicarlo. Mi amiga Sofi salió hace un tiempo con un pibe de veintiséis —porque no tenía intenciones de que fuera su novio, si no, hubiera estado rompiendo nuestras reglas—. Según ella, este pibe le dio el mejor polvo de su vida y estuvo casi media hora practicándole sexo oral sin pedir nada a cambio, antes de al fin pasar al sexo con penetración.

Me gustaría encontrar alguno así en un futuro.

O alguna. Seguro las mujeres saben hacerlo mucho mejor.

Notas para AdelaWhere stories live. Discover now