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AINHOA
Navidades en familia y junto a la familia de Pedri era pasar unas buenas navidades. Hacia tiempo que no estaba con mi familia por el trabajo en Barcelona, pero ahora nos hemos podido juntar ambas familias en la casa de mis abuelos en Tegueste. Mis padres hablaban animadamente con los de Pedri quienes reían en voz alta, mis abuelos hablan con la abuela de Pedri quien dejaba en la mesa y mi hermano pequeño jugaba con Fer, el hermano mayor del futbolista.
—— ¿Que tal estás amor? Estas preciosa. —— Dejo un casto beso sobre mis labios mirando de reojo a mi padre y a mi abuelo.
—— Estoy bien, tan solo un poco nerviosa por ver que dicen. —— Moví la pierna en señal de nerviosismo.
Él colocó su enorme mano sobre mi pierna para que me calmara acción que hizo efecto de inmediato.
—— Tranquila, les encantará. —— Murmuró sonriendo en mi dirección.
¿Como puede estar tan tranquilo sabiendo que les vamos a decir a nuestras familias que nos vamos a casar?
Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando la voz de mi madre y de la madre de Pedri resonaron en la sala.
—— ¡A la mesa!
Todos nos sentamos en nuestros sitios, ya elegidos y preparados por las madres y abuelas mientras que los más pequeños discutían entre si por elegir un sitio.
La cena pasó totalmente tranquila cada uno a lo suyo, los chistes malos de mi padre y del padre de mi novio junto a su hermano se escuchaban por toda la mesa de adultos ya que la mesa de los niños estaba apartada para que cada uno hablara de sus cosas.
—— ¿Estás bien amor? Tienes mala cara. —— La mano de Pedri fue a parar a mi muslo para dejar unas leves caricias en la zona.
—— Si... es solo que he comido mucho estoy demasiado llena. —— Mentí, tengo una ganas de vomitar por la regla no tengo muchas ganas de hacer cosas.
—— No me mientas, no has comido nada a comparación con los niños no has comido ni la mitad mi amor. —— Me miró preocupado.
—— ¡Ainhoa cariño toma el postre! —— Mi abuela dejó el trozo enorme de pastel frente a mi y las arcadas fueron a mayor.
—— Voy un momentito al baño. —— Ni siquiera me despedí de Pedri cuando corrí hacia el baño para poder vomitar.
Ni siquiera me di cuenta de que Pedri había venido detrás de mí y me estaba sujetando mi cabello para que no se ensuciara.
—— ¿Segura de que quieres quedarte? Podemos volver a casa si quieres. —— Me acarició la espalda suavemente cuando por fin terminé de echar todo.
—— ¡¿Ainhoa estás bien?! Papá Noel está a punto de venir. —— Hablo mi abuela al otro lado de la puerta.
—— Vamos a quedarnos a abrir los regalos y nos vamos, no me encuentro muy bien. —— Me levanté volviendo a ponerme recta y me lave los dientes para no oler mal.
—— Vale, tú mandas amor. —— Pedri caminaba detrás de mí con su mano en mi cintura para tenerme sujeta.
Los niños se fueron un momento a la calle para ver las luces al igual que Pedri y yo mientras que mis abuelas se quedaban en la casa.
—— Noa, Noa, Noa. —— Una pequeña cabellera rubia apareció en mi punto de vista cuando mire hacia abajo para ver quién tiraba de mi vestido.
—— Hola preciosa, ¿qué pasa? —— La agarré en brazos viendo como Pedri volvía a ponerse a jugar a fútbol con los niños.
—— ¿Me maquillas? Quiero ser guapa como tú.
—— Tu ya eres hermosa sin maquillaje mi amor. —— Bese su nariz y la dejé en el suelo para ponerme de cuclillas y hablar con ella. —— Cuando seas más mayor me llamas cuando quieras y vengo a maquillarte de momento eres muy pequeña ¿vale?
La niña me dedicó una pequeña sonrisa asintiendo con la cabeza antes de marcharse del lugar con toda la familia junto a ella. Cuando volvimos a casa todo el salón estaba lleno de regalos.
Mi madre me llamó para que abriera mis regalos y junto a Pedri, quien abría sus regalos super ilusionado, nos acercamos a ella. Pedri dejo sus regalos a un lado y me miró sonriendo esperando a que abriera el gran regalo que tenía puesto mi nombre.
Abrí poco a poco el papel de regalo hasta que comencé a ver un transporting de animales y cuando me quise dar cuenta algo comenzó a maullar desde dentro.
—— No me jodas Pedri... —— Murmure sin creérmelo mirando al canario frente a mi.
—— Ábrelo entero mi amor. — Dejó un casto beso sobre mis labios antes de dejarme terminar de abrir el regalo.
Abrí el transporting y vi a un gato bebé blanco con los ojos azules, era el mismo que vi en las calles de Barcelona un día y lo llevé a la veterinaria para ver que podían hacer con el.
Lo agarré en brazos mientras el pequeño se movía con sus adorables uñas en mis brazos.
—— Te amo, te amo, te amo Pedri. —— Bese sus labios incontables veces hasta que la risa suave del canario irrumpió el beso.
—— Te amo más mi amor, ¿sigues con el dolor de estómago? —— Me miró divertido.
—— Antes si, pero con mi bebé se me pasa.
@ainhoaramirezz
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