Una Adolescente Rota.

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Tengo 18.

18 años y no he hecho nada bonito en mi vida, solo estar sola y creer que Davinia tiene la solución a todo, no soy feliz y me duele ver a la gente feliz, los envidio.

Recibí educación en casa así que nunca pude tener amigos, me la pasaba en el bosque ya que me golpeaban. Davinia dejaba al hombre que apareciera golpearme si no hacía lo que quería y yo, yo tuve que escapar varias veces.

Desearía estar muerta, ya no podía más era solo una niña rota sin nada que usaban a su antojo y no podía decir nada porque simplemente nadie me creía. Podría ser un chiste pero parecía que Davinia podía controlar a todos a su antojo para ponerme en una clara desventaja siempre.

- ¿Acaso no dije que debías estar lista en cinco minutos? Ya sabes lo que pasará. - Bajé la mirada ante sus palabras, me arrastró de los cabellos y aunque pataleara o tratara de escapar nunca lo podría hacer, hizo que me pusiera aquel vestido que no me gustaba y los zapatos no sin antes hacer que cayera al piso y darme un par de patadas en las costillas para sonreír cuando me escuchara llorar.

- Así te ves mejor pero no creo que a mi novio le gustaría ver a la niña que quiero como hija llorar y menos inventar cosas como que yo te golpeo. - Decía todo como una advertencia y yo solo asentí desde el suelo donde estaba tirada, probablemente tendría alguna contusión en el torso de nuevo.

Todos preguntarán el porque no hago algo, la cosa: lo intento de todas las maneras y siempre me encuentra, siempre busco escapar de tanto sufrimiento y ella no me deja, es una tortura realmente.

- ¡¡vamos ya vamos!! - Decía desde donde estaba y me levanté temblorosa y me limpié las lágrimas con rabia lo odiaba joder a tal punto que ya había intentado varias veces quitarme la vida y nunca lo pude hacer, como dije antes la maldita bastarda encontraba la forma de siempre salvarme y nunca lo podía hacer.

La seguí por las escaleras y al final estaba su novio: Josh. No entendía para que me querría ver realmente a mí, era solo una chica que no valía nada, que ya estaba muerta en vida y que nadie había tratado de sacarla del hoyo en el que estaba.

- Y aquí está, tardé un poco no quería salir amor. - Gruñí en respuesta, olía a chocolate fundido mezclado con algo más , el chocolate me gustaba y mucho pero en estos momentos no es que lo apeteciera tanto con el olor que se mezclan con el, me daba asco realmente.

- Ya preciosa cálmate, sientate tenemos que hablar. - Suspiré, no era nada importante allí así que no me importaría que hablaran.

- Entonces pues decidimos que es hora de que salgas más. -  No le estaba poniendo atención de ninguna manera, solo pensaba en los sueños que tenía, sueños que se fueron incrementando en los últimos días y ahora no me dejan estar en paz. - ¿Me prestarás atención? Creo que esto es importante para ti.

Suspiré. Debía prestar atención​ a lo que se suponía que se hablaba si no quería problemas, aunque ya sé habían vuelto usuales los golpes y el intentar rebatirlos sin éxito.

- Sabemos que te gustaría salir mucho más no es necesario que lo digas gatita - Sonreí muy poco, no sé cómo lo había hecho pero Josh parecía conocer todo de mí era como mi hermano mayor, aunque nunca hubiese tenido uno.

- Ya que el tema se ha acabado podemos dejar que se vaya y seguir nosotros... - Josh negó haciendo que callara inmediatamente y Davinia me mirara con una cara de que arreglaríamos después ello y Temblé asustada.

- No se ha acabado Davinia, falta que me diga que quiere hacer por el resto de su vida. - Abrí los ojos, la oportunidad salía y le haría honor a mi Bridgette, sería la oportunidad de mi vida y no dejaría que se fuera.

Dejé de estar encorvada, me senté bien y con una voz fuerte y clara (de esas que solo una vez en tu vida salen desde el centro de ti y nadie puede callarla) hablé.

- Literatura, quiero ser escritora. - Y me callé esperando su respuesta que fue una sonrisa gigantesca y no pude evitar sonreír, por una vez en mi vida esa sonrisa era sincera y me agradaba.

- Entonces, ve a alistar las cosas que tengas. Nos vamos mañana.

Sin escuchar si había dicho algo más corrí hasta mi habitación y comencé a buscar todas mis cosas, era muy probable que fuera una trampa lo sabía pero ésta vez podría salir sin represalias.

La puerta fue azotada un rato después y el marco con la fotografía que tenía en mis manos cayó ante la mirada satisfecha a de Davinia al verme asustada, no dije nada tan solo me mordí el labio con fuerza y baje la cabeza.

- Veremos quién se sale con la suya esta vez... - Dijo antes de cerrar la puerta y tomarme con fuerza del brazo y lanzarme boca abajo a la cama mientras las lágrimas comenzaban a aflorar.

No sentí el calor que me brindaba la ropa en mi espalda y Temblé sin poder saber que iba a hacer hasta que lo sentí.

- Nunca - Sentí un golpe horroroso en mi espalda, no sabía con que me estaba golpeando y solo mordí mis labios para no darle la satisfacción de verme llorar. - podrás salir de aquí ¿entendido?

No dije nada pero la puerta volvió a abrirse con más violenta que antes y un grito resonó.

- ¿¡Qué le haces Davinia!? ¡es una niña! - El dolor me ganaba y casi no podía hacer nada, no podía moverme ni hablar pero me sentí extrañamente segura.

Mis ojos estaban a punto de cerrarse cuando sentí como me tomaban en brazos y un susurro suave en mi oído.

- Descansa pequeña, ahora estás a salvo y no dejaré que te hagan nada, ni ahora ni nunca...

Y con esas palabras mis ojos se cerraron haciendo que cayera en un sueño profundo.

La vida es un sueño.Where stories live. Discover now