Secrets

23 6 2
                                    

Noches sin dormir, sueños extraños, lugares que no conozco, dibujos que salen de maneras terroríficas, tanto así que trato de esconderlos o quemarlos sin éxito alguno, aparecen en mi maleta, mis libros,mis tareas. No puedo decir nada sobre ello, ya he sido avisada.

"Una palabra y estás muerta heredera, muerta al igual que todos los que te rodean"

una frase que apareció con sangre en mi habitación, no pude decir nada. Temía por todos y menos sabía que hacer, no dije nada de aquello y aquél día comenzaron a acudir a mi mente visiones, visiones horrorosas, gente muerta, espacios negros, gritos en agonía, gritos de ayuda y yo siendo atrapada por cada uno de ellos. Ya no podía más.

Ya no entendía que sucedía, la última vez había tenido un sueño peor que los anteriores, estaba atrapada y confundida hasta que una voz se hizo presente entre aquella oscuridad, una voz tenebrosa.

"Nadie puede saber que sigues viva en especial ellos..."

— Ya deberías entregarte, nadie aguantaría tanto. — La voz volvió a aparecer y sólo me dispuse en posición fetal, no resistía más pero tampoco sabía la manera de acabar esto, ni lo que necesitaba o quería. era un asco total.

— No se que es lo que buscas, sólo soy una humana. — Aquella voz tomó forma y una mujer con aspecto mucho mejor que el mío se acercó y me hizo mirarla, solo lo hice sin más, ya no me importaba.

— Te dejaré por el momento pero deberías saber que esto no se ha acabado y que pondré tu vida de cabeza, hay cosas que no sabes. Princesa. — Desapareció​ y fruncí el ceño, como sea podría olvidar aquello así me tomara tiempo.

Entré al baño e hice mi rutina diaria, me sentía un poco mejor desde que aquella locura había comenzado, creo que era el momento para salir un poco más, vestirme de una manera diferente y dejar de pensar en todo.

Y así lo hice.

— Buenos días pequeña, me alegra verte alegre. — Asentí y me senté a comer desayuno de la manera más rápida posible. Me limpié y salimos al camino para llegar a clase.

Me dejó allí y tomé mi camino hasta la clase pero de un momento a otro me ví contra el suelo tapándome a toda velocidad las piernas para que mi ropa interior no se viera, una risita nerviosa me alertó de la presencia de alguien más, me levanté rápidamente pero volví a caer, una sombra se acercó.

— Lo lamento, sólo voy un poco apurado a clase. Te ayudaré a levantar y por cierto lindas bragas de animalitos. — Me ayudó a levantar antes de que me cruzara de brazos esperando una disculpa por haber sido un idiota.

— Oh verdad, ten - Me pasa un papel y hago una mueca. — Llámame lindura, me gustaría conocer mejor lo que tienes y no sólo tus bragas. — Rodé los ojos antes de hacer el papel una bolita, lanzarlo a su cara y salir de allí de malas pulgas.

— Clase tenemos un nuevo estudiante, el señor Thomas Sauvignan. Denle una cálida bienvenida. — No presté atención a lo que decía el maestro al estar hablando con Alex y riendo los dos, un ligero golpe en mi cabeza me hizo alzar la mirada y rodar los ojos.

— Vaya la señorita bragas de animalitos está en mi clase, el gusto es tuyo. — Me voltee y seguí hablando con Alex pero el tipo ese tomó el asiento al lado de nosotros. Que puto día.

— ¿Katy, este soquete te molesta? Porque si es así podemos irnos y hacernos detrás de Madeline. — Negué, prefería estar aquí al lado de un niño que intentaba ser gracioso a estar detrás de una bandada de perras sin cerebro y tampoco quería más problemas con ella, ya bastante tenía con que intentara manchar la poca dignidad que tenía.

La vida es un sueño.Where stories live. Discover now