Capítulo 25

87K 5.8K 748
                                    

Dos días después me encontraba en el aeropuerto abrazando a Sam, no queriendo soltarla porque, a pesar de saber que volvería, tenía miedo de dejarla ir. Tenía miedo de que algo nos pasara.

Todo iba tan bien entre nosotros que a veces sentía que era un sueño y que en cualquier momento me despertaría sin ella. Queriéndola, extrañándola, necesitándola...

La apreté más contra mí y solté un suspiro tembloroso.

—Cuídate mucho —susurré. Ella apretó más sus manos alrededor de mi espalda y cintura y dejó salir un sollozo ahogado.

—Y tú.

Elevó su bonito rostro y me dio un beso, uno de esos desesperados, en donde trataba de decir tantas cosas sin necesidad de usar palabras. Un beso para despedirnos. El último que me daría en todo un mes.

Se lo devolví con la misma desesperación, queriendo fundirme con ella, hasta que escuché un suave carraspeo detrás de nosotros rompiendo el momento y nuestra burbuja de intimidad.

Era Jan.

—Sam, tu vuelo ya está abordando —dijo poniendo una mano sobre su antebrazo. Rompimos el beso y puse mi frente contra la suya, nuestro aliento mezclándose entre nosotros. La miré a sus ojos llorosos y le sonreí con ternura.

—Toda la vida si es necesario —susurré solo para nosotros, para recordarle que ahí la estaría esperando, que no me iría a ningún lugar. Ella sonrió y asintió secando sus mejillas y acomodando un mechón de cabello tras su oreja.

Miró a su alrededor; solo estábamos Jan, Derek, Ally y yo despidiéndola. Su madre no había podido despedirla porque, como siempre, le tocaba trabajar en el hospital. Había sido por eso por lo que me ofrecí a llevarla yo, aunque al último Ally también se había ofrecido a venir, al igual que Derek y mi hermana.

—Lo sé. Pero volveré, no te preocupes por eso.

Besé de nuevo sus labios y luego la punta de su nariz.

—Te amo. —Era la enésima vez que se lo repetía, pero no quería que lo olvidara.

—Y yo a ti —susurró. Escuchamos que volvían a llamar a su vuelo para que abordara, y la solté a regañadientes.

—Ahora ve, no queremos que pierdas tu vuelo.

Tras un último beso, tomó su maleta comenzando a alejarse. Seguimos unidos por las manos hasta que la distancia que plantó entre nosotros hizo que nuestros dedos se separaran. Mi brazo cayó sin fuerza a mi costado y la observé alejarse cada vez más y más. Me dio una última mirada sobre su hombro antes de sonreírme, sacudir su mano y perderse entre la multitud.

Cuando ya no pude verla, solté un suspiro y sobé mi pecho; un dolor sordo se había instalado ahí un segundo después de que mis ojos ya no pudieron localizarla.

La iba a extrañar.

Demasiado.

No sé cuánto tiempo nos quedamos ahí parados sin decir nada, pero fue Derek el que rompió el trance en el que nos encontrábamos. Chocó sus palmas juntas y luego sonrió.

—Yo digo que vayamos por unas hamburguesas —opinó al tiempo que frotaba sus manos. Jan rio y puso los ojos en blanco.

—Tú siempre estás pensando en comer. —Ella empezó a caminar hacia la salida y todos la imitamos.

—¡Eso no es cierto! Solo... Bueno, solo cuando tengo hambre.

—¡Siempre tienes hambre! —Elevó sus manos al cielo exasperada y luego las dejó caer a sus costados.

Vencedor [PQY #2] ✔ versión 2014Where stories live. Discover now