|𝖁𝖎𝖆𝖏𝖊 𝖆𝖑 𝖕𝖆𝖘𝖆𝖉𝖔|

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"Viaje al pasado"

6:00 a.m.

Rusia despertó en cuarto ajeno, con un pesado gato encima de él: tan gordo y tan suave cual bolsa de 10 kilos de bombones. La cabeza y el pecho le dolían; y sin indicios de hematomas o moretones no podía estar seguro sobre el tipo de dolor que estaba sufriendo desde ayer.

El interior de aquel cuarto se le hacía foráneo: los trofeos y las medallas en aquellos papiros, colgadas desde los alambrillos del techo hasta las repisas de cristal en las paredes. Y los enormes trajes de protección para hockey que se encontraban a punto de caerse dentro del mueble. Todo eso se le hacía extraño, pero a la vez tan...

Suyo.

Se removió en la cama, contemplando el librero lleno de almanaques y diarios viejos. Le recordaba a su habitación en San Petersburgo cuando éste apenas iba a la prepa, con los posters de la unión soviética y una banda alemana que le gustaba mucho. Dado que le dolía la cabeza, y el pecho a su vez: le costaba recordar que es lo que pasó como para terminar en una situación así.

Se sentía intruso, como un forastero entre aquella pieza aunque no lo pareciera.

Éste lugar, ésta habitación, aparentaba ser tan propio que juraba ser dueño de todo esto...más bien, ¡Todo lo que lo rodeaba era suyo!, incluso el equipo de hockey en el mueble, los trofeos, las medallas, los libros, la ropa regada, el gato...

Pero, ¿Porqué sentía muy adentro de él que no pertenecía ahí?. --Rusia...-- unos cuantos golpes en la puerta lo despertaron de su agonismo.

--¿Quién es?--

--Soy yo idiota, Ucrania-- gritó aquel chico --Papá dice que te apresures, vas a llegar tarde a la escuela-- después de eso, silencio.

<Escuela> esa palabra le tomaba por sorpresa completamente, tanto así que no tenía presente para nada ir a la escuela. Según él, ¡ya hasta trabajaba!, pero para cada cosa surgía la misma incertidumbre: el no recordar.

Para vestirse, tubo que robar unas prendas de su padre: ya que impropiamente las suyas no le gustaban. De seguro porque las suyas tenían palabras obscenas en las solapas de las mangas, o porque simplemente ya se le hacían muy poco convencionales. Se vistió con un suéter de lana azul, tan elegante y propio de un hombre adulto, que hasta se sintió cómodo con lo que portaba.

Tomó las botas de su padre, con destilado italiano y cuero grácil.

Bajó recorriendo cuidadosamente las escaleras, pasando con las yemas de sus dedos los barandales y acariciando el tallado del Álamo con tal quietud: que parecía que de una sola caricia trataba de recordar todo lo que no recordaba.

--¿Por qué te vistes así?-- Ucrania había aparecido detrás de él, empujándolo para que se apresurara a bajar.

No pudo evitar verlo con recelo, y un seño fruncido muy intimidante. Rusia, (a pesar de no estar en los cabales necesarios para un día normal): no recordaba a su hermano tan...costroso. --Sólo mírate, te pareces a papá cuando va a tener esos debates. Pareces político-- Ucrania se echó a reír, con unas carcajadas tan modestas y ruidosas.

--Primero vete a dar un vistazo a un espejo Ucrania, porqué no voy a permitir que vengas y juzgues mi manera de vestir cuando tú: pareces un chico trapito con esas coletillas de nena, esos pantalones básicos y sudaderas baratas-- Su padre, URSS, quién veía expectante a su hijo mayor: muy en el fondo se complació por lo rudo que podía llegar a ser. Que sorpresa, antes no era así.

𝕺𝖓𝖊𝖘𝖍𝖔𝖙𝖘 || RusmexWhere stories live. Discover now