LA MUERTE SE SENTO A MI LADO... Y LLORO.

Una fotografia dice mas que mil recuerdos.

Quiero comenzar haciendo una reflexión sobre la importancia del uso del teléfono celular, no hablo desde el punto de vista materialista porque si, se que es un objeto pero hasta qué punto ese objeto se convierte en una extensión de nosotros y es que aparte de la información personal, financiera, de trabajo, de familiares, amigos, fotografías, vídeos, conversaciones, redes sociales y más, que de por sí ya son muy importantes, los teléfonos se convirtieron en nuestro más fiel y leal confidente uno que guarda secretos, recuerdos, confesiones y sueños.

Si,se que hay mil y una formas de proteger, resguardar y almacenar todas esa cosas con alguna aplicación, la nube, copias de seguridad, contraseñas y mas, pero aun asi la sensación de haber perdido, descompuesto o te hayan robado ese teléfono tan importante, se compara con que algún desconocido vea dentro de tu cabeza incluso de tu alma.

No me malinterpreten al final es la pérdida de un objeto y solo eso, yo hablo de lo que ese objeto guarda, por lo menos para mi dicho objeto representa el único lugar en el que puedo decir todas las cosas que pienso y siento muchas veces sin que nadie más las lea solo las escribo y las almaceno, ese objeto guarda silencio, está disponible todo el tiempo y no me juzga, ahora que lo pienso es un poco patetico pero también es la única opción cuando lidias con una tristeza profunda y la ausencia de las palabras adecuadas para expresarte.

El mundo allá afuera se volvió muy cruel, me recuerda como, para todos la vida sigue.

Cuando mi hija murió en el hospital por un momento me quede sola con ella, con su cuerpo a diferencia de lo que alguien pudiera creer no estaba en shock creo que me senti mas en el presente que nunca, estuve ahí sintiéndome en la realidad de lo que estaba pasando y tuve muchos pensamientos, demasiados.

En algún punto me di cuenta que eran tan pocos los recuerdos, tan pocas las fotografías y decidí capturar ese momento que si bien no era el ideal si sería el último. Pero había algo dentro de mí que me decía que quizá no fuera normal y me avergoncé y lo escondí durante mucho tiempo como un secreto solo para mí.