LA MUERTE SE SENTO A MI LADO... Y LLORO.

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Pero un día creí que la persona a mi lado tenía derecho a saberlo, que lo entendería después de todo también pasaba por la misma pérdida se las mostré y claro está que la reciente herida volvió a sangrar sentí que le hice daño, que había hecho mal en mostrarle las fotografías así que una vez más me culpe como si pudiera sentir más culpa de la que ya cargaba por la pérdida, decidí que era algo que debía guardar solo para mí como si fuera una especie de falta de respeto a mi hija o como si el cuerpo sin vida de mi hija ya no fuera mi hija y por lo tanto no debería tener un recuerdo así. 

No quiero confundirlos con dos temas que pareciera que no tienen una conexión aparente, el día de hoy perdí mi teléfono, a veces cuando salgo a la calle es como si no fuera yo, como si me pusiera en modo automático para hacer lo que tengo que hacer y regresar a casa lo más pronto posible.

 Así que no supe cómo pasó pero ya no está y ahí en ese teléfono entre muchas otras cosas estaban esas tres fotografías que nunca guarde en ningún otro lugar, que nunca subí a la nube, ni las respalde y se preguntarán ¿Porqué algo tan valioso no lo protegi? La razón es porque minimice mis sentimientos para cuidar los de otros, porque me importó más las posibles opiniones y reacciones de otros porque esas fotos representaban un tabú que la mayoría de las personas no están listas para hablar. 

La muerte de un hijo es algo indecible, la sola idea de pronunciar las palabras "un hijo también puede morir" resulta monstruosa. 

Así que decidimos no decirlo como si con eso de alguna extraña e incomprensible manera protegeremos a nuestros hijos de que les ocurra. 

Hablar de la muerte no hará que esta venga antes de tiempo y el hecho de evitar hablar de ella no nos mantendrá a salvo. 

La muerte de los niños está rodeada de tantos aspectos prohibidos que socialmente no se hablan, se considera un hecho antinatural y eso ha aumentado aún más mi silencio pues no conozco a una sola persona que esté dispuesta a hablar de esto ya que comúnmente para comprender al otro intentamos ponernos en sus zapatos, pero en un tema como este nadie quiere siquiera imaginar pasar por esto.