₪ R O Y A L T Y ₪ |MiTake|

ฯAgainฯ

7 años después... 

— ¡Mikey! ¡Ya despiértate maldito enano! 

El rubio oyó el grito pero no le dio importancia, por lo cual se limito a se limitó a seguir durmiendo, o eso quiso hacer hasta que sintió como su colchón era alzado de un lado haciendo su cuerpo rodar hasta sentir como su cara golpeo el piso.

— Carajo... —susurró por el golpe.

— Ya son las 11 de la mañana, arréglate que en una hora tienen que ir a recoger a Izana —le recordó 

Mikey, aun en el piso, giró para ver como el alto con un dragón tatuado al lado de su sien lo veía con tranquilidad con sus manos dentro de su pantalón. El rubio suspiró y se levanto emitiendo un quejido de dolor, camino hasta su armario de manera perezosa y saco una polera básica gris, la aventó a su cama y prosiguió a buscar un jogger negro con una una corta cadena plateada  para también aventó a su cama; bostezo y se quito su camiseta de dormir sin importarle la presencia del rubio rapado.

— ¿Emma y Shin ya están listos? —preguntó el de menor estatura mientras se ponía la polera.

— Desde hace rato, tu eres el último en estar listo, como siempre —lo regaño— Emma me pidió que te levantara de una vez, no quiere llegar tarde al aeropuerto.

— No la culpo, la ultima vez que vio a Izana fue cuando tenía 6 años —respondió mientras se subía su jogger y lo ajustaba en su cintura— la entiendo...

Su mirada negra se ensombreció al decirlo esas 2 palabras, Draken sabia muy bien el porqué de esto, lo cual lo hizo bajar la mirada, camino hasta él y apoyó su mano en el hombro de su amigo y lo miró con una leve sonrisa.

— Lo vas a encontrar, no hay nada que apunte que este muerto

Mikey asintió y miro a su amigo para susurrar un bajo "gracias", ambos se abrazaron y salieron de la habitación para bajar a la cocina para encontrarse con el resto de los Sano.

Draken conocía a Mikey desde hace 7 años, y pudo ver en primera fila como le afecto la noticia del incendio del orfanato donde vivió por 5 años; si bien en ese entonces no eran tan cercanos como ahora, si que sabia sobre su estancia en esa casa hogar y sobre su misterioso mejor amigos llamado Takemichi, tenia una idea de cuan importante era para él, pero no llegó a entender que tan importante era realmente en su vida hasta que vio como la noticia del incendio lo destruyó. 

Shinichiro y su abuelo intentaron contactarse con el orfanato o con algunos de los trabajadores pero al no obtener respuesta de nadie decidieron volver a ir a Yamagata, y aun que en un principio se negaron, también llegaron al rubio. Apenas llegar a esta prefectura tomaron un taxi hasta donde se ubicaba el orfanato, durante todo el trayecto el pequeño de solo 10 años le rezaba a todos los dioses que conocía para que su amado amigo de ojos azules este bien, las ansias lo carcomían por dentro junto con el miedo que hacía que en su estoma se formara un gran nudo, el cual se ajustaba cada vez más a medida que las cuadras para llegar al orfanato se acortaban; cuando llegaron el primero en salir del taxi fue el menor de los Sano, quien ignoro todas las vallas y cintas de seguridad que se encontraban al rededor de la gran torre de escombros la cual antes era el orfanato. Mikey miro con horror los grandes trozos de de paredes quemadas que se amontonaban una encima de otra, sin notarlo sus ojos empezaron a soltar grandes cantidades de agua mientras que su pecho subía y bajaba de forma violenta. Un par de policías se acercaron a él y le preguntaron si se encontraba bien, pero no respondió, Shinichiro rápidamente llegó al lado de su hermano al cual sostuvo entre sus brazos y así abrazarlo para calmarlo.