06 || Todas las vidas

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Seren y Louvell tuvieron una guerra de miradas que duró menos de un segundo, parecía haber pasado una eternidad

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Seren y Louvell tuvieron una guerra de miradas que duró menos de un segundo, parecía haber pasado una eternidad. Ambos se miraban con odio por obvias razones, pero ninguno dijo nada hasta que un aldeano interrumpió esa pelea silenciosa.

—¿Y bien? ¿Qué tienes que decir, Seren?

—Gente de Carabar, sé muy bien que ustedes odiaron a mi padre, y ahora también a mi hermana. Y también sé que, si estoy aquí frente a ustedes, me arriesgo a que no me crean, o a perder la vida. Como mi familia —dijo ella, mirando a su hermana. Lilith negó con la cabeza de forma repetida mientras ella seguía hablando. —Me expongo a que no me crean, pero aun así necesitaba intentar decirles la verdad. Existen dos hombres lobo en este pueblo, y no es nadie que ustedes piensen. Esas bestias han estado aquí por años. No son personas nuevas, no son todos los inocentes que perdieron la vida justo en donde se encuentra mi hermana. Pero antes de decir quiénes son, quiero que me escuchen. Necesito que entiendan algo antes de actuar. —Seren dio un último vistazo a su alrededor antes de decir algo. El reducido pueblo la miraba atento, incluso Edward salió de su escondite para presenciar lo que estaba por suceder. —Hemos vivido rodeados de miedo por mucho tiempo, también de corrupción. Mi padre no fue la primera persona en cometer este error, y no justifico ninguna de sus acciones. Sin embargo, fue mi padre, y sufrí su pérdida. Y también sé cómo murió. Lo mató un hombre lobo, pero no por las razones que ustedes piensan, él lo mató en venganza de una muerte que sucedió hace años. Una muerte que pasó en defensa propia. El padre de estas personas, porque son hermanos... Quiso matar a mi madre. Veníamos de una excursión por el bosque y él nos atacó. Mi madre en efecto, era una persona con poderes, como mi hermana y como yo. Una bruja y una vidente. Mi madre tenía ambos poderes, y nos los transfirió antes de morir. Ella murió defendiéndonos y se llevó a la bestia con ella. Poco después, un chico y un niño llegaron a nuestro pueblo. Uno con el cabello blanco, otro con el cabello castaño. El más pequeño manipulado por el mayor, le hizo jurar que vengarían la muerte de su padre. Pero el pequeño nunca quiso hacerlo. Él solo fue obligado por —Seren señaló a Louvell y todos giraron a verlo asombrado —él. Louvell y Asher son los hombres lobo, aldeanos. Pero el culpable de todas las muertes siempre fue Louvell.

Louvell, lejos de verse asustado, sonrió a la gente. Como si estuviese halagado por tanta atención. El pueblo murmuró cosas a su alrededor. No sabían a quién creerle.

—Bonita historia, Seren. Pero, ¿van a creerle a la hermana de una bruja, o a la persona que les fue sincera todo este tiempo? —cuestionó Louvell poniéndose justo delante de Seren. Como si fuese la luna eclipsando al sol.

—Lo que dice es verdad —secundó Asher.

Todos se sorprendieron. Nadie podía creer que su alcalde era una de las bestias. ¿Cómo habían podido votar por él?

El castaño sonrió una vez más y giró a ver a Seren.

—¿Quieres morir otra vez?

—Inténtalo todas las veces que quieras, imbécil. Te estaré esperando en la siguiente vida para destruirte —contestó ella mirándola a los ojos.

Aullidos de Carabar (Píxeles 0.5)Where stories live. Discover now