O9.

84 7 6
                                    

" HEESEUNG "

  El sonido del grafito deslizándose contra la hoja inundaba la sala: había un silencio impertubable. Los ojos del joven vagaban contra el desnudo cuerpo, memorizando dulcemente cada detalle de aquella obra de arte en vida... Cada mancha, cada lunar, cada curva, cada montículo que se llegaba a formar en su increíble silueta.
  Sunghoon estaría condenado a muerte si dijera que los suspiros no se le arremolinaban en la garganta: porque estaba mintiendo. Había retratado tiempo antes a decenas de mujeres, con y sin ropa, y ese raro sentimiento de inferioridad nunca lo había golpeando, sintiéndose confuso con el nuevo sentir. Solo pudo ser consciente de las mil cosas que le pasaban interiormente al instante de terminar su labor, de observar el resultado de su esfuerzo y suspiros ahogados: Eveline Monrrow lo hacía sentir así, Eveline Monrrow hacía que se sintiera pequeño al estar frente a tal belleza.....      

  El joven Sunghoon esperaba con ansias totales. Sus blanquecinas y pálidas manos se daban apretones entre sí, las divinas castañas que tenía como orbes observaban los colorados mofletes de la pelirroja vestida con tan solo una bata de tela de seda. Hermosa, pensaba al tenerla así para él solo. Incluso con aquél suave paño fino y de un claro verde menta se sentía completamente un hombre suertudo...

  Lo amo...

  Los ojos del joven se abrieron con sorpresa, mas una increíble sonrisa salió a relucir y mostrarse en su rostro junto a sus afilados colmillos. Viendo el rostro de la divina mujer a un lado suyo admiró el brillo en sus ojos: no dudaba en que estaba hablando con sinceridad, pero aún así decidió preguntar...

  —¿En serio? — preguntaba alegre mientras se acercaba levemente a la chica, la cual elevó la vista hacia él ahora.

  —¡Claro, lo amo! — chilló emocionada. Una sonrisa enorme en su rostro. —... No puedo esperar a que ellos lo vean... ¿Qué crees que dirán? — preguntó emocionada, dejando la hoja en sus manos, delicadamente sobre su regazo, no vaya a ser que arrugue, o peor: rompa, su hermoso retrato.

  Sunghoon rió. Rodó sus ojos con una socarrona sonrisa en sus labios. Pensó —o se hizo el que pensaba—, a la vez que dejaba caer su espalda en el respaldo del sofá en el que ambos compartían asiento, cruzó sus brazos soltando un suave suspiro. "Buenooo": susurró...

  —Probablemente muchas cosas... No tan agradables. — sus ojos viajaron con gracia en dirección hacia los de ella.

  Eveline apretó sus belfos suavemente, para luego solo sonreír. "Me encanta": salió de sus labios como un suave silvido endulzado.
  —¿Nunca se ha auto-retratado? — preguntó curiosa, elevando su mirar hacia el del cabellos azabaches.

  —Sólo dibujo cosas hermosas — pensó un momento. —... A veces. — su corrección hizo a la chica soltar una suave risita pequeña.

  La joven dejó recostar su cuerpo en el sofá, tirando su cabeza junto sus rojizos cabellos hacia atrás a la vez que lo observaba con encanto. Sunghoon desvió su mirada al encontrarse encarcelado entre sus clavículas expuestas y su cuello llamativo. A pesar de ya haberlos plasmado delicadamente al papel, a pesar de haber memorizado cada lunar que decoraba su blanquecina piel...

  —Usted lo es. Probablemente el hombre más apuesto que haya conocido en la vida. — aquél inocente coqueteo fue el que devolvió las castañas de Park hacia su rostro. Eveline lo miraba con... Amor...

  El corazón de Sunghoon saltó en su pecho.

  —... No...no. — negó algo avergonzado

  Ella sonrió con ternura al observar el creciente rubor en las mejillas y orejas del muchacho. Se despidió del respaldar enderezando su figura, aún observando detenidamente al joven Park.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 13 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

𝐓𝐈𝐓𝐀𝐍𝐈𝐂 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒 ♡ park sunghoon Where stories live. Discover now