Capitulo Primero

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Exhausto, no pudo más que volverse sobre su espalda y dejar a  su cuerpo adolorido descansar.

Aun jadeando por el esfuerzo físico volvió su mirada hacia el cielo y vio como los nubarrones, que antes llenaban todo el cielo ahora se disipaban, dejando al descubierto el manto oscuro de una noche sin estrellas.

Sabía que no podía quedarse dormido pero su cuerpo se negaba a obedecerle, pues el frío de las heladas aguas había calado hasta lo más profundo de sí. Era como sí en un mismo instante le hubieran apuñalado con cientos de navajas alrededor de todo su cuerpo, dejándolo casi inmóvil y sin fuerzas.

Cuando volvió su mirada nuevamente al cielo lamentó que la gélida luz que reflejaba la luna esa noche no fuera capaz de calentar su rostro con la misma intensidad con la que iluminaba la costa que cada vez se hacía más lejana.

La lucha por no dejarse llevar por el agotamiento, el dolor y el frío estaba casi perdida. Sabía que estaba cayendo en el letargo que lo llevaría muy pronto a ese lugar de dónde no podría volver jamás.

Temiendo a lo que parecía ya inevitable, no pudo más y  lloró al recordar la cálida y dulce voz de quién lo era todo para él, y todas  y cada unas de aquellas palabras llenas  de promesas que siempre se decían cuando debían separarse. Palabras que en los últimos meses habían cobrado un mayor significado convirtiéndose en una especie de mantra para ambos y así poder  enfrentar con esperanza la devastadora realidad en la que se había convertido sus vida.

De nuevo una dolorosa punzada le atravesó el pecho, cuando al cerrar de nuevo sus ojos volvió a él la imagen de ella despidiéndose de él en la estación de tren, regalandole la más dulce de sus sonrisas y entonces el sentimiento Agridulce que le provocaba aquel recuerdo  se hizo más intenso al recordar también sus hermosos ojos verdes que estaban enrojecidos por las lágrimas que ella no había podido contener esa tarde que la vio por última vez. Y así como si las palabras de ellas  fueran traídas por el viento,  él escuchó nuevamente su voz pronunciar aquellas  palabras que fueron dichas no como una demanda si no como las más dulces de las súplicas.

¨.Terry, prométeme que regresarás a mí... Prometelo!¨

Una luz cegadora llego hasta a él, pero no podía hacer más y sin darse cuenta se dejó llevar por la calidez que le ofrecía los hermosos recuerdos vividos junto a ella. Recuerdos de tiempos en que todo era, alegría, felicidad y en los que sobre todo vivían en Paz.

Continuara...💛🌼

Una Luz en la tormenta ( Secuela Música del Corazón)  I" ll be seeing You..Where stories live. Discover now