𝘕𝘶𝘮𝘦𝘳𝘰/12

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Taro, tras una pausa dramática, finalmente reveló su idea, sus ojos brillaron como diamantes ante su amigo pelinaranja, tanta emoción consumida para dar, según el, una idea que sin dudas Osano aceptaria.

—¡Lo tengo! En lugar de enviarle rosas y cartas, vamos a organizar un evento sorpresa, algo que nadie esperaría. Un día de picnic en el parque. Será algo especial, pero no tan llamativo. ¿Qué te parece?

Taro lo decía con entusiasmo, dando a entender lo bien que se vería, con cada detalle Osano pareció considerarlo por un momento antes de asentir:

Eso suena mucho mejor que las estúpidas cartas. Un picnic sería genial, y a Ayano le gustan las cosas sencillas.. así que hagamoslo

Taro se sintió victorioso de convencer la refinada y estricta mente de su amigo, con tan solo pensar un atardecer, bocadillos, toda la escena era si duda una emoción que ni el mismo pelinegro podría controlar. Osano por su lado no dejaría de pensar en lo que su amigo tenía planeado o como lo organiza, solo quedaba morir de los nervios que Taro le provocó. Eso sí, se volvería preguntón.
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. ¿Quien sera?..
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Mientras tanto al otro lado de la academia, Ayano continuó su día, intrigada por las conversaciones que había escuchado en la institución hace poco. La idea de un hombre misterioso que parecía ser objeto de admiración y misterio le inquietaba, puesto que la academia paso de estar tranquila a tan solo alocarse por la llegada de alguien "súper importante". Se preguntó quién podría ser y qué lo hacía tan especial.
Decía entre sus pensamientos en lo que seguía con su tarea de buscar los productos de limpieza para realizar el respectivo trabajo que se hace todos los días en el lugar, decidió indagar más tarde para resolver ese enigma.

—Deben ser puras tonterías, puede que pase todos los días, al rato le diré a Amao, debe saber la razón, después de todo el sabe casi todo lo que pasa aquí.

Ya dentro del lugar, se intentó guiar por un croquis de un mapa de la institución, para así encontrar la lavandería más fácil y no tener ninguna dificultad, puso su mano en el mentón analizando el dónde estaba, a dónde ir y como llegar. Sin embargo algo interrumpió su búsqueda. Mayoría de los lugares del mapa eran cubiertos por papeles del típico periódico diario de la institución, Ayano tomo un respiro para si misma y los levanto sin problema, eso si, la paciencia no le duro mucho pues perdía la concentración.

¿Qué eran esos papeles?...simple
Noticias, noticias que contenían la respuesta a la pregunta que la pelinegra, aquel joven. Era un tanto pero muy reconocido "actor" y "modelo" que emergía un viaje por varias ciudades del pais, negocios familiares donde ganaba millones, gracias a eso su familia sobrevive a una estantería de fama y riquezas, ese mismo joven era nombrado Kizano Sunobu, el chico del que toda la institución hablada. Ayano pudo verla a carne propia con las fotos que el periódico escolar otorgaba, posee el cabello y los ojos de color morado, este peinado de forma un tanto extraña, posee dos rosas y una gargantilla de color negro con una rosa roja.

—AYANO! 

Grito con desesperación el cocinero a tan pocos metros de distancia de la pelinegra, Amao tenia como 5 minutos hay parado en tratar de tener la atencion de la chica, por lo visto hoy Ayano estaba distraída, no la acostumbré de verla así, si la curiosidad. La pelinegra no tenía a como responder el llamado de su amigo solo suspiro tratando de hablar paz y fue al grano.

—¿Que quieres?

—Tercera y ultima vez que llamo a la señorita Aishi?, ¿que te sucede?

—Solo miro el periódico, ¿es un delito?

—Wow, hey, La "Ayano" que conozco detesta el periodismo.

No respondío mas, no quería dar más explicaciones de lo que estaba haciendo en realidad, es así, que de mala gana arranco una de las noticias y se la extendió a Amao. El cocinero sin saber el porque de sus acciones, tomo el pedazo de papel, su cara se volvio pálida, congelado con una compañía de sonrisa nerviosa.

—¿Lo conoces?, se ve que le tienes..miedo.

—Quien no lo conocería?..mira Ayano. no es miedo, este.. chico tiene para arruinarte la vida.

—Un modelo?, acéptalo, es miedo lo que tienes.

Amao arrugó el papel y lo tiró a un basurero que tenía cerca, aún no sabía cómo convencer la idea que pasea en la mente de su amiga, aún así estaría para explicarle, para recordar, Amao no sabía casi ni una pizca de ella.

Kizano Sunobu, todos morirían por tener su atención y al parecer, vuelve a clases mañana.

—Que tarado, para que vendría aquí?, tiene fama afuera como para matar su tiempo en venir aqui.

—Solo viene a manejar su club Ayano, solo por eso.

La pelinegra alzó una ceja, ¿Otro club del cual no estaba enterada?, mejoro su postura y cruzó los brazos, fijando sus ojos a Amao, hablando con el por "telepatía"

—¿Podrás guiarme a ese club.?

—Q-Que?!, no prefieres estar en otro club antes que el de un presumido?!

—Quiero verlo es todo, no te estoy pidiendo lo imposible Amao. Eres el único que sabe todo de rincón a rincon.

Ni sabía porque le seguía insistiendo si solo recibía un "No" como respuesta, no solo porque estaría en el club de un presumido si no que, sentía lastima de no tenerla con el en la cocina como tanto deseo.

—Bien..Vamos.

No sé retuvo e hizo señas para que la pelinegra le siguiera, ni había tantos apuros después de todo, el lugar no estaba lejos. Ayano le siguió el paso, detrás de el sin decir ni una palabra al respeto, así mismo Amao la detuvo con el brazo cosa que la chica entendió y freno en seco con solo ver lo tan "hermosamente exagerada" decoraron la sala, cortinas rosas, flores y muchos colores. Ayano le hecho un vistazo lo poco que pudo, mínimo vio máscaras, MUCHAS máscaras, de distintos colores, decoraciones y temáticas. Ayano quería dar un paso más adelante, Amao se negó a qué siguiera en la tentación de ver dentro, pero al parecer.. alguien más hizo la tarea por el.

—Oh?.. Bienvenidos al club de drama!!, me presento..

Soy Kokona Haruka..

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MUAJAJA, se vienen cosas, aprovecho para decir que si tienen ideas o sugerencias digan en los comentarios, las tendré en cuenta para próximos capitulos, dicho eso bye bye.

Palabras 1802

[𝐔no a la ve𝗓Where stories live. Discover now