Capítulo 10: Ijuuin-Sensei

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Ijuuin Kyō, ese es mi nombre.

Soy un mangaka desde hace ya varios años. Mi obra principal y más famosa es “The Kan”. Algunos dicen que es una obra muy peculiar por no basarse en el típico cliché del joven popular que se enamora de la chica menos radiante de la escuela, y es cierto, mi manga se basa en el tema de la cocina pero también tiene drama, comedia, situaciones cotidianas, entre otros temas.

A veces suelo pensar ¿en realidad mi manga es extremadamente bueno para localizarse en el mercado? Digo eso porque, como ya dije, el tema de mi manga es un tema no tan tocado y por ende los temas peculiares son dejados atrás. A veces las personas prefieren la misma mierda, pero disfrazada, todos los días. No sólo en manga si no también en libros, películas e incluso en la vida diaria.

Desde muy niño se me ha hecho difícil socializar, pero eso no me quitó las ganas de querer compartir mis ideas al mundo, es por eso que tomé el camino de mangaka.

Recuerdo la vez que vendí el primer volumen de mi manga, o cuando llegue al primer puesto de "autor con copias más vendidas" fueron los días más felices de mi vida, pero también los mas solitarios.

Fue ahi donde me di cuenta lo solo que me encontraba a pesar de haber cumplido mi sueño de triunfar como un alto dibujante”.
No tengo familia. ¿Amigos? No lo creo, más bien serían conocidos o gente que quiere colgarse de mi fama. Mucho menos tengo novia.

No me llevo bien con la gente de mi alrededor, soy muy solitario, lo acepto, incluso con mis editores soy reservado, pero cuando ya no puedo mas, cuando el dolor es insoportable y la soledad es abrumadora tiendo a desesperarme y poner como excusa las ventas de mi manga... Pero no es así, tan sólo quiero sentir el calor de las palabras humanas apoyándome y animandome diciendo:"Si se puede sensei".

Casi nadie se preocupa por mi, por lo mismo que no tengo muchas personas a mi alrededor pero, también por mi egoísmo y por mi mala actuación, ya que espanto a los editores con mi depresión pues meses después se trasladan por "problemas familiares".

Ya van tres veces que sucede, esas historias ya me las sé.

Hubo una vez en la que yo, conocí la amabilidad verdadera. Nunca podría olvidar un momento así.

Fue hace tres años, casi cuatro, en la editorial donde trabajo, la Editorial Marukawa.

Me encontraba en una depresión muy fea y patética. Llevaba días o semanas sin afeitarme, mi cabello alborotado tampoco me ayudaba y mucho menos mi actitud pesimista, ese día expuse todas las dudas e inseguridades a mi editor.


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—¡No puedo hacerlo! —grité desesperado. Esas personas no entendían un no de mi parte, y me desesperé por su inincompre—. Te aseguro que nadie está esperando mi manga.

—¿De qué habla sensei? —preguntó extrañado mi editor quien llevaba días sin dormir al igual que yo—. Si nadie lo esperara ¿cree que tendría tan buenas ventas? Sólo diez páginas más y acabaremos.

Sin duda está animandome para él poder irse a descansar y salir de este ambiente pesado. Todos son iguales, sólo piensan en ellos”.

—¡Si digo que no puedo hacerlo es porque no puedo hacerlo!  —tiré todo lo que había en aquella mesa de trabajo blanca, incluyendo las hojas que ya había terminado.

Obsesión.  [En Edición]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora