Capítulo 22: ¡Ayuda!

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El ruido insistente al tocar la puerta me saca de mis pensamientos, intentaba dormir tan solo un rato pero no pude.

Incluso en las noches no puedo dormir, mis ojos cansados e irritados de tanto llorar se quedan fijos a la ventana de mi habitación. Como si trataran de buscar una salida, una salida que no hay, no existe.

—Misaki... –vuelven a llamar una vez más a la puerta acompañado de unos leves toques. —Misaki, por favor abre.

No tengo ánimos ni de abrir, ni de hablar, ni de nada. Solo quiero permanecer así, perdido en un mundo inexistente, imaginando cosas que me alejen de la realidad... De mi realidad.

La misma rutina monótona se repite. Cada 30 minutos vuelve a llamar a mi puerta y es normal. No salir de mi habitación por 2 días seguidos, a pesar de ser pocos preocupan a cualquiera.

Preocupar...

Uno de los términos que mas odio de ahora en adelante. Preocupar es impedir a las personas actuar con normalidad, si no actúan con normalidad alteran su vida y alterar la vida ajena es causar molestias.

Si, la molestia mas grande del mundo soy yo.

Mi hermano mismo lo dijo, mi hermano tiene razón. Pero aún así todo lo que hago preocupa a mi alrededor.

Tome la decisión de no hacer nada, quizás así deje de molestar pero sale lo mismo. Termino molestando más a las personas.

¿Y si me alejo de las personas ya no causare molestias?

No creo que eso sea suficiente, creo que hasta saldrá peor.

¿Y si dejara de existir?

—...

Las palabras que dijo Nii... Él...

"Quizá hubiera sido mejor que murieras a morir mis padres"

Quizá tiene razón.

Esos pensamientos han estado en mi cabeza desde ese día. Usagi-san me trajo a mi cuarto y desde ese día le puse seguro a mi puerta y me aisle impidiendo que entrara.

Finalmente me dio algo de sueño y me dormí un rato.

Tuve un sueño... Un sueño donde la felicidad estaba a mi entorno.

¡Ah ya lo recuerdo! Mi primer día de clases en el preescolar.

Yo siempre fui un niño inseguro, tímido y me daban miedo las multitudes, el sólo pensar que iba a estar rodeado de niños y adultos a los cuales les diríamos "Sensei" y por si no fuera poco, completamente solo, me daban escalofrios. A pesar de eso siempre les mostraba una sonrisa y escondia mis miedos, pero al igual que ahora mi miedo llego al limite y me puse a llorar. Les conté a mis padres lo que me inquietaba y ellos con una sonrisa me dijieron "todo estará bien, el miedo que sientes es normal." "Nos alegra tener un niño tan valiente como tú"

Obsesión.  [En Edición]Where stories live. Discover now