Capítulo 5.

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Mi mente no paraba de carcomerse a sí misma con pensamientos que, honestamente, estaban de más. Tenía bastantes horas de matemáticas al día siguiente y no lograba conciliar el sueño desde el momento en que me lancé a la cama. Giré mi cabeza hacia mi móvil y lo encendí, quedando frente a la imagen de que eran las tres de la mañana pasadas. Mi memoria viajó con rapidez hacia lo que le había dicho a Harry sobre que me encantaría que alguien me llamase a las tres de la mañana en sus noches de insomnio. Titubeante, desbloqueé mi móvil. Fui directamente hacia mis contactos y no tardé mucho en llegar hasta la H.

Habíamos intercambiado números luego de aquella conversación, y estaba tentada a probar aquel punto. Presioné el botón verde y, sin siquiera haberme puesto el móvil en la oreja, corté. Suspiré y volví a intentarlo, mas terminando igual que la primera vez. Esperé unos minutos y volví a marcar, y dejé el móvil en mi oreja obligándome a mí misma a dejarlo allí. Apreté los ojos cada vez más fuerte a medida que los bips iban sonando.

— ¿Aló? —Mi corazón dio un vuelco en el momento en que respondió con una voz ronca y adormilada, y sentí como las palmas de mis manos comenzaban a sudar.

No emití sonido, y esperé a que colgase. Pero no lo hizo.

— ¿Jane, estás ahí? —Preguntó. —Jane, puedo escuchar como respiras. Háblame. —Abrí la boca, mas la volví a cerrar. —No cortaré hasta que me hables; de todos modos el crédito es tuyo, no mío —bromeó.

Tomé una gran bocanada de aire.

— ¿Cómo... cómo piensas que se creó el Universo? —Balbuceé, y casi pude sentir como sonreía al otro lado del teléfono.

— Bien..., —rio en un susurro— deberías saber que casi siempre cambio de opinión radicalmente. Hay veces en las que creo en la teoría del Génesis, de la Biblia. Es decir, soy católico; pero hay veces en las que dudo, ¿sabes? —Asentí con la cabeza aunque él no pudiese verme. —Aunque hay veces en las que creo en la teoría del Big Bang y en la inflación cósmica. No lo sé...

— Hay veces en las que... creo en la teoría del Génesis, hay otras en las que creo en la teoría del Big Bang y hay otras en las que... no creo nada. El Universo es materia, ¿no? Bueno, no completamente, pero tiene materia; y también tiene... energía. Y la ciencia dice que... la energía no se crea ni se destruye. ¿Y si esa es la teoría correcta? El Universo no se creó ni se destruyó, simplemente... está allí, como la energía —respondí.

— Vaya, tienes mucho tiempo libre para pensar —rio.

— No... no es necesario tiempo libre para que piense, estoy pensando todo el tiempo —sonreí.

— Bien, creo que ya has respondido a mi pregunta sobre la existencia de Dios, y yo he respondido también. Así que... siguiente —hizo una pausa—, um... ¿tienes alguna marca de nacimiento?

— No, pero tengo hoyuelos.

— ¡También yo! —Exclamó, y noté lo feliz que se encontraba. ¿Cómo podía alguien sonar tan feliz? —Yo sí tengo una, en mi muñeca. Te la mostraría, pero...

— Entiendo —reí.

— Bien, ¿no se supone que deberíamos haber empezado con preguntas comunes? Como... ¿cuál es tu color favorito?

— Me... me aburren las preguntas comunes, en realidad —solté una suave risilla. —De todos modos... es turquesa.

— Bien, turquesa.

No se volvió a emitir palabra, y el único sonido que escuché por cierto tiempo fue el sonido de nuestras respiraciones tranquilas. Miré al techo de mi habitación y me quedé así por un momento. Noté cómo la respiración de Harry se volvía cada vez más pesada, así que supuse que se estaba quedando dormido, si no lo estaba ya.

El chico del bus » Styles (editando)Where stories live. Discover now