Segunda parte, Capitulo 6.

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Jenna despertó por culpa de un ensordecedor ruido. Alguien estaba arrastrando algo por el pasillo sin el más mínimo cuidado.

—Hugo —soltó Fabián al otro lado de la puerta —levántalo, no lo arrastres.

Jenna gruñó y miró alrededor un segundo antes de sentarse en la cama. Se volvió a escuchar el ruido, solo que parecía que ahora intentaban ser más silencioso.

Suspiró.

—Dios —dijo y llegó a la puerta, la abrió de un tirón y se encontró con que Hugo estaba arrastrando un ropero por el pasillo, él la vio enseguida y abrió los ojos como platos, sobre todo porque únicamente vestía uno de los reveladores piyamas que encontró.

—Hola… —dijo él  y le sonrió luego de unos segundos.

—¿Qué haces? —preguntó y miró alrededor.

En ese segundo Fabián apareció por su cuarto, al verla se congeló unos segundos y observó a su hermano.

—Te dije que ibas a despertarla —Hugo volteó sus ojos.

—Lo siento  —le dijo a ella.

Jenna solo negó.

—Me cambio y les ayudo.

—No es necesario —dijo Hugo tranquilamente —podemos hacerlo nosotros.

—No te preocupes, les ayudaré.

Hugo arrugó su frente y observó a Fabián unos segundos.

—Nosotros moveremos los muebles, solo dinos donde los quieres.

Arrugó su frente y también miró a Fabián, que ahora observaba alrededor como si nada.

—Pero yo puedo…

Fabián negó y se giró, le sonrió sobre su hombro.

—Dinos donde los quieres, eso es más que suficiente —luego, como si nada, se alejó de ella con su hermano. Jenna arrugó su frente unos segundos sin entender que había pasado allí.

Suspiró al darse cuenta de que acababan de rechazar su ayuda y se metió al baño. Necesitaba darse una ducha antes de comenzar ese día.

—Te despertó, ¿no es cierto? —dijo Fabián a su espalda.

Ella estaba en la sala, observando el sofá que había pedido.

Se giró enseguida y lo miró un segundo.

—Está bien, además, parece que he dormido mucho —él negó suavemente.

—Más bien unas 6 horas, llegaron no hace mucho.

—Mm —murmuró, luego entrecerró los ojos —¿sabes que paso ahí? —apuntó al segundo piso con su cabeza.

Él suspiró.

—Viene de familia —alzó una ceja—nosotros tenemos tres padres y una madre —ella asintió un tanto sorprendida —y nuestros padres son muy… —él miró alrededor pensando —cuidadosos con mamá.

—¿Cuidadosos? —repitió confundida.

—Podríamos decir aprensivos, preocupados, cosas así —sonrió —siempre la han tratado con sumo cuidado, ella es la reina de la casa.

Jenna volvió a entrecerrar los ojos.

—Eso quiere decir…

—Quiere decir —él se inclinó levemente hacia ella —que Hugo es igual a nuestros padres, él no te permitirá hacer nada, si por él fuera, tú permanecerías sentada todo el día.

El Placer de JennaWhere stories live. Discover now