Tercera parte, Capitulo 4.

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Jenna tragó tensa y suspiró. Llevó sus manos a su cabello para arreglarlo por doceava vez y volvió a tomar aire. Luego, muy lentamente, giró el pomo de la puerta e ingresó a la habitación.

Se detuvo al ver a Fabián en la cama. Durmiendo tranquilamente.

Luego de cerrar con seguro la puerta, no quería que los interrumpieran, llegó cerca de él y lo observó.

Fabián estaba recostado de frente, con la sábana enredada entre sus piernas. Solo llevaba puesto un simple calzoncillo negro. Suspiró al verlo y decidió dejarse llevar.

Quería esto, lo ansiaba, y no había nadie mejor para esa primera vez que Fabián. No Hugo, porque probablemente en la mañana lo soltaría a los cuatro vientos. No Sebastián, él no simplemente porque le intimidaba demasiado.

Jenna se quitó su bata de levantar y llegó al lado de Fabián. De repente él levantó la cabeza enseguida, como si hubiera estado despierto y esperándola.

Él la observó fijamente unos segundos sin decir nada.

Jenna comenzó a ponerse nerviosa.

—Dime que no es otro sueño —le oyó murmurar con voz ronca.

Se estremeció, nunca lo había oído así.

—¿Has soñado conmigo? —él abrió la boca suavemente un segundo y luego asintió.

—Más de las que me gustaría.

Él se movió en la cama, recostándose de espalda. Jenna subió a su lado y ya más relajada se sentó a horcajadas sobre su vientre. Ambos jadearon cuando sintieron el roce de piel contra piel.

—Dime que has soñado —murmuró Jenna. Él negó y alzó una ceja.

—No quiero hablar esta noche, cualquier otra, menos hoy.

Ella asintió y se acercó a su rostro para besarlo. Solo que antes de tocarlo Fabián afirmó su rostro y la observó con intensidad.

—Fabián —susurró.

Él sonrió suavemente.

—No sabes lo hermosa que eres —Jenna tomó aire con fuerza al oírlo y luego gimió.

Agarró su cabello y lo besó por fin.

Ambos gimieron.

No podía ser cierto, pensó Jenna, no debería sentirse así de bien, así de correcto. No debería querer tenerlo ya dentro de su cuerpo, extrañarlo. Pero lo hacía, con fuerza. Por esa razón, casi con desesperación, se alejó de él y se quitó su ropa interior.

Fabián se mordió el labio al verla y la volteó para ponerla bajo su cuerpo, Jenna jadeó cuando él tomó en la cavidad de su boca uno de sus pezones. Gimió al sentir su lengua contra su piel sensible y lo llamó entre un gemido y jadeo cuando él continuó más abajo.

—Dios —gimió al sentir su lengua en su entrada.

Fabián fue directo a matar, no le dio tiempo a nada, solo la devoró y con tal intensidad que si seguía así se correría enseguida.

Lo escuchó gemir contra su piel y sintió sus dedos invadiendo su cuerpo lentamente.

—No —jadeo, él se detuvo enseguida y lo miró.

Había una suave capa de sudor en su frente mientras mantenía la mandíbula apretada. Al verlo Jenna supo que él se estaba conteniendo, intentando ser amable.

—Te quiero a ti, ahora —él solo la observó un segundo antes de arrodillarse en la cama y quitarse lo poco de ropa que usaba.

Jenna gimió al verlo, tan listo y dispuesto para ella. Se deleitó con su piel morena, con los músculos de su cuerpo, tensos y elegantes. Volvió a observar su sexo y lo deseó en su boca pero sobre todo lo quería dentro de sí.

El Placer de JennaWhere stories live. Discover now