17. Bicicletas y Helados.

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Bien, llego el miserable baile de graduación. ¿Qué mejor escena para finalizar el típico cliché escolar, no? Todas las chicas corrían eufóricas por los pasillos del colegio junto a sus amigas, discutiendo cuál sería el vestido ideal para esta fiesta, que tipo de maquillaje usarían y sobre todo, quién sería el chico ideal que las llevaría a este baile. Por si no lo notaron, esta sería la noche más "ideal" de nuestras vidas. Por el otro lado estaban los chicos, que solamente discutían sobre a qué chica se llevarían a la cama esa noche. Y luego estoy yo, soy un chico, claro, pero hay cosas más importantes para mí que pensar con que chica me acostaré esta noche . Por ejemplo, que va a ser de mí cuando ella ya no esté y muchas otras inquietudes que no dejan de atormentarme con referente a la chica que ha puesto mi vida de cabeza.

¿Alquile un esmoquin? Sí. ¿Me veo ridículo en él? No, de hecho me veo fantástico debo admitirlo. ¿Quién es mi pareja? Drew, qué sorpresa. ¿En dónde estoy justo ahora? Fuera del Instituto, a la espera de que llegue mi chica. Como es típico de las mujeres, Rudie y Drew se fueron de compras para prepararse para esta noche, así que no las he visto en todo el día. Después  de la conversación que tuvimos ella y yo esa noche en el cuarto, decidimos seguir con nuestras vidas normales ya que reparamos en que no tenemos control de nada.

Estoy en los estacionamientos con Jim, el me cuenta parte de una película "UltraMegaIncreíble" —según su descripción— que vio hace varias semanas, mientras tanto yo finjo que le presto atención y asiento afirmativamente para que crea que me interesa a la vez que digo "Aja" como si le llevara el hilo de la historia. La noche es fría y más oscura de lo normal. A mis espaldas se escucha la algarabía de la fiesta y el bajo de la música, los autos vienen y van, muchas parejas entran con sus vestidos más refinados. Sí, es el típico y enfermizo baile de graduación. Lo gracioso es que tuve que ir a casa de mis padres a prepararme ya que mi madre quería verme y tomarme fotos, además de que ellos fueron los que pagaron el alquiler del traje. Mamá insistió en traerme en el auto, pero me incomodaba el hecho de que mi "madre" me trajera así que tomé la patética decisión de venir  en bicicleta. Como he dicho en veces anteriores el colegio no está tan distante de casa de mis padres. Así que era yo, un chico en bicicleta con un esmoquin, durante el camino llame la atención de muchas miradas pero justo eso es lo que menos me importaba. Por suerte, llegué temprano y aún no habían muchas personas. He estado aquí durante una hora junto a Jim quien no deja de parlotear, a la espera de que ellas se dignen en aparecer.

La tradición siempre es que el chico pase a buscar a la chica en su lujoso automóvil, pude  haberle pedido el auto a mis padres con insistencia pero ellas prefirieron esta opción de hacernos esperar tortuosamente.

—Buenas noches, caballeros.

Una voz aparece a nuestras espaldas y mi amigo y yo giramos sobre nuestros talones. Son ellas. Creo que estoy sonriendo, espero no estar babeando. Rudie trae un vestido largo y elegante en color plateado con lentejuelas en el busto y ajustado a la cintura, sin duda deslumbra. Tuve que darle un zape a Jim para que reaccionara y dijera un típico cumplido. Detrás de ella está Drew, que hace combinación con la noche. Su vestido es negro y corto, arriba de las rodillas y sin tiras, lo que deja al descubierto sus pálidos hombros. En el busto lleva un encaje del mismo color y es el único diseño que trae, sus pies cubiertos por unas botas bajas, apenas arriba de los tobillos. La descripción de su atuendo es sencillez y un toque de enigma, como es tan común de Drew.

—Yo eh... —busco las palabras indicadas mientras balbuceo.

—No tienes porqué decir nada, enserio —sonríe con timidez, dejando al descubierto parte de su sonrisa con brackets.

—Te ves bien. —digo sincero, pero necesito expresar más.

—Ok, Andy. Con eso basta, enserio.

AnDrew.Where stories live. Discover now