Cuidaré de ti

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Ella aún se mantenía allí, recostada sobre las sábanas blancas de la asfixiante habitación de hospital en el que la tenían recluida. Sus mejillas tenían rastros de lágrimas y brillaban conforme la luz paseaba por su rostro. Siempre venía a verla cuando ella descansaba, no podía mostrarme a sus verdes ojos y recordar la súplica que le había hecho.

Sin decir nada me acerqué hasta el filo de la camilla y rocé parte de la piel de su mano para comprobar que aun la calidez de su cuerpo siguiera en ella, que su esencia siguiera intacta y que no amenazara con desaparecer.

— Sasuke-kun...

Sus labios pronunciaron mi nombre y entonces me aparté levemente de su cuerpo. Salí por la ventana del hospital y caminé por la aldea. El amanecer estaba comenzando y los aldeanos se movilizaban de un lado para otro intentando iniciar su mañana.

¿Pero ella? ¿Podría volver a iniciar su día como normalmente lo hacía? Naruto me dijo que intentaba hacerlo, que intentaba vivir como cada día normal, pero la cuenta regresiva no se detendría. Seguiría allí, aun a pesar de todo lo que ella hiciera... Nada podría ser más injusto que aquello.

Ya había pasado una semana desde la última vez que hablé con ella, la última vez en que pude verla observándome. No volví a ir después de aquello y sabía que seguramente le entristecía no ver mi presencia cerca de ella, pero la cobardía seguía intacta, el malestar me consumía y mis ojos se negaban a verla.

— Si hicieras un esfuerzo y fueras a verla, seguramente...

— No tengo nada que hacer allí, Naruto —contesté con la mirada fija en la ventana de su habitación — ella muere a cada segundo y yo no puedo hacer nada.

— Tú eres lo único que la hace feliz. Deberías entenderlo de una vez.

Aquella conversación, aquellas palabras, siempre venia hasta mi mente y se colocaba como visitante para no dejar de torturarme. Mis pies siguieron su camino y entonces me hallé entrando a mi departamento. Seguía como siempre: limpio, ordenado y solitario.

El pequeño espacio irradiaba frío y la tristeza que me gustaba reprimir. Me quité la capa que traía puesta y caminé hasta mi cama para poder acomodarme entre las sabanas. Cada noche iba hasta su habitación, esperando que ella estuviera durmiendo, y velaba sus sueños.

El movimiento brusco de su cuerpo me indicaba las pesadillas que la atrapaban y las lágrimas que salían de sus ojos, me indicaban que algún recuerdo la había afectado. En cuanto sentía mi tacto, ella se calmaba y volvía a dormir plácidamente. Me había convertido en la persona que se encargaba de cuidar sus sueños, pero no podía seguir con aquello.

Yo la lastimaba y, a pesar de eso, ella seguía confiando en que iría a verla.

Mis ojos inconscientemente se cerraron y sentí como si estuviese en la misma habitación, junto a ella, en la misma posición que usaba para dormir. Alargué un poco mi mano y sentí como si ella también lo hiciera. En la inconsciencia de mis ilusiones se mostraba alegre como en los días de gennin, como aquella noche que me era difícil de olvidar.




Flashback:

Su cabello rosa estaba esparcido por el césped que nos residía como una suave cama. La misión había concluido hace unos minutos y la noche nos obligó a descansar en aquel ambiente algo calmo, como lo era la naturaleza misma. Todos se hallaban recostados sobre el césped. Naruto se hallaba al otro extremo, mientras que Kakashi estaba junto a Sakura y yo estaba, también, junto a ella. Cerré mis ojos para poder conciliar el sueño. Ella aún se mantenía despierta con una sonrisa mientras observaba el cielo.

Someone to stay (Alguien para quedarse)Kde žijí příběhy. Začni objevovat