Entre mis brazos

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Apenas un susurro entre las hojas fue captado, todo el mundo giraba sin ningun vacilación y con un periodo de tiempo indefinido.  A veces solía ser difícil observar el cielo y perderse en la inmensidad y hermosura de éste, callar las tormentas que remolinaban en su mente y simplemente vivir de manera plena y tranquila. 

Nuestros pasos eran firmes, en cada pisada una nueva esperanza se reunían y rodeaba nuestro corazón. Nuestros ojos fijaban la espesura del bosque y la angustia que la misma naturaleza se brindaba de instalar en nuestras almas. Naruto y yo no tuvimos que pasar mucho tiempo movilizándonos, en poco tiempo habíamos llegado a nuestro destino.

El país del Té era pequeño y estaba cerca de Konohagakure, su población era numerosa y llena de ancianos y adultos. Antes, la vida infantil era extensa y vívida, podía percibirse la risa de los niños, el sonido de sus pies corriendo de un lado a otro, la grava verdosa que reflejaba la juventud dentro de los pobladores, todo aquello era el centro de la vida dentro del pueblo. Pero, ahora, la mayoría de ellos eran adultos y ancianos, pocos niños habían sobrevivido a la epidemia y pocas madres habían podido quedar embarazadas después de aquello. 

Si existía alguna mejoría no era fácil de saber. Solo bastaba con observar los rostros cansados de las personas para tener la certeza de que aquella marca se borraría con el pasar de los meses o años. 

Y pensar que Sakura había tenido que vivir rodeada de aquella agonía, observando como la alegría iba apagándose en su rostro poco a poco y como los niños iban muriendo sin poder hacer nada; causaba que sintiera empatía.

Entregar su salud para poder salvar a otros era algo que muy pocas personas hacían. Pero Sakura lo había hecho, había entregado absolutamente todo con tal de preservar las vidas de esos pobres y tristes niños. Ella había entregado su vida a cambio de nada y eso era algo que la convertía en una persona increíble. 

Dejé que mi vista se alternara a otra parte y dejara de caer en cuenta cuantos sacrificios tuvo que hacer ella cuando estuvo en ese lugar. Aun podía sentir como su voz me llamaba desde la lejanía y me obligaba a apresurarme para poder llegar con ella. 

— Es maravillosa, ¿verdad?— Naruto me sonrió en comprensión, podía sentir aquella mezcla de tristeza y orgullo que sentía por ella.   

— Lo es— respondí con una pequeña sonrisa. 

 Terminando de recorrer el pueblo, Naruto y yo tuvimos que internarnos en el bosque nuevamente. A pesar de estar en el país del Té y conocer la plaza principal, debíamos dirigirnos más lejos de allí. Los rastros de Sakura nos llevaban hasta un valle lejano, donde montañas se alzaban y una que otra cueva. Miré alrededor, todo parecía estar en silencio y sin ninguna posibilidad de ser atacados. 

El sonido de las hojas agitándose con el viento era el único sonido. Un pequeño destello apareció entre los arboles y supe que habíamos encontrado al escuadrón que había ido por ella días anteriores. Todos estaban allí, esperando por nosotros. 

— ¿Encontraron su paradero?— preguntó Naruto en cuanto pudimos llegar hasta ellos. 

— Creemos que se encuentra en esa cueva— Shikamaru, quien lideraba el equipo  se acercó hasta nosotros— existen muchas trampas alrededor, hemos sentido el chakra de Sakura desvaneciéndose poco a poco hasta el punto de ser casi imperceptible. Sea lo que sea que están haciéndole allí dentro, está llevándose toda su energía. 

La información resonó por mi mente, tenía el hormigueo conocido en el vientre, la furia expandiéndose por mi cuerpo y mi puño cerrándose con fuerza. Observé a Naruto, éste se hallaba también enojado por lo recientemente escuchado, pero él podía disfrazar su enojo demasiado bien. 

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⏰ Last updated: Feb 10, 2019 ⏰

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Someone to stay (Alguien para quedarse)Where stories live. Discover now