Peligro

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Tres meses y una semana. El tiempo pasaba más rápido de lo que imaginaba. Estaba consciente del correr de los días, de como las estaciones iban desgastándose y cambiando. Pero también era consciente de la felicidad que ella desprendía.

Después de aquella confesión y aquel beso, ambos nos habíamos vuelto mas unidos. Claro que ella era quien se apegaba a mí, puesto que mi personalidad y vergüenza me impedían hacerlo.

Sakura cada día más parecía dejar de lado aquellos pensamientos negativos y empezaba a vivir su vida como antes lo hacía. Me tranquilizaba verla con aquella sonrisa y el sonrojo en sus mejillas cada vez que yo le hablaba o cuando hacíamos algo juntos.

Yo no estaba muy lejos de sentirme como ella, poco a poco acompañaba sus risas y la miraba mas atentamente. Naruto vino a visitarnos dos veces en esta semana y se hallaba feliz de que ambos estuviésemos llevando bien todo este asunto.

Sakura tenía más libertad ahora, salía de compras con sus amigas y volvía siempre para contarme una que otra anécdota, mientras yo me hallaba entrenando mis habilidades.

Aún así, aún después de disfrutar de tanta paz, sentía un extraño presentimiento. Presentía que algo malo iba a pasar y no quería sentirme así, no quería que ella sufriera o la alejaran de mí, no ahora que habíamos empezado a acercarnos más.

La tarde había pasado de forma tranquila, como un día cualquiera entre nosotros. Yo estaba en el patio de la cabaña entrenando mis movimientos, mientras Sakura leía un pergamino que Tsunade le había entregado en la mañana.

Al parecer contenía información sobre una enfermedad extraña entre los ninjas que habían llegado recientemente de una misión. Ella al ser ninja médico decidió ayudar a Tsunade y encontrar una cura, por lo que sus pensamientos se dirigían al contenido de dicho pergamino.

Mis movimientos eran rápidos y precisos. Mis clones eran al igual de fuertes que yo y por eso se me hacía más difícil y divertido acabar con ellos, así podría saber mis puntos débiles y reforzarlos. Mis ojos ven con anticipación los movimientos enemigos y crean un rápido contraataque.

— Sasuke-kun ¿Podrías ayudarme con esta página? Está en un idioma que no conozco.

Hice unos sellos para hacer desaparecer a mi clon y caminé hasta donde ella estaba sentada. Vi la información dentro del pergamino y comencé a traducirlo con mi sharingan.

— "... el paciente pierde vitalidad conforme pasan los días y el chakra empieza a escasear. Los rasgos y su piel comienzan a envejecer y se necesita de varios tratamientos para mantener la juventud de sus facciones. La única manera de contrastar esta enfermedad es reunir el chakra de varias personas, sobre todo niños, para que las células regenerativas de estos logren ayudar a la capa de piel dañada. El chakra ayudaría a revertir los daños, pero sería casi imposible recolectar la cantidad necesaria, ya que se necesitaría dejar sin chakra a aquellas personas y a mercerd de enfermedades desastrosas..."

Un silencio inundó nuestro espacio, antes de volver a las cosas que hacíamos. Si bien la información que el pergamino contenía era importante y hasta causaba temor, no podía meterme mucho en aquel  asunto, debido a que yo no era médico y no sería de mucha ayuda.

El sol se estaba ocultando por el horizonte y entonces sabía que dentro de poco tendríamos que volver a entrar y seguir nuestra pequeña rutina. Pude ver como Sakura se levantaba del lugar donde estaba y caminaba hasta adentrarse en la casa. Concluí que quería tomar un vaso de agua o algo parecido, pero mis pensamientos se vieron interrumpidos por una explosión cerca del lugar donde nos encontrábamos y seguido a esta llegaron dos explosiones más.

Corrí hasta internarme en la casa en busca de la pelirosa, pero no la hallaba por ninguna parte. Me maldecía internamente por haberla dejado sola en esos momentos.

Salí de la casa y pude ver como ella estaba siendo retenida por un hombre con máscara. Tenía uno de sus brazos apresando el cuello de Sakura y la otra mantenía tomándola de la cintura para retenerla.

— ¡Suéltala! —grité sacando mi katana y apuntándolo.

— Sasuke Uchiha —los ojos a través de su máscara me miraban atentamente— Parece que el desertor volvió a su aldea natal.

—Dije que la soltaras —dije ignorando sus palabras.

—Lo lamento Uchiha —en un abrir y cerrar de ojos logró dormir a Sakura y alzarla— pero necesito de esta ninja médico. Ella logró encontrar la cura al virus que tanto esfuerzo me costó crear. Necesito saber como lo hizo.

— Estas equivocado si piensas que la llevarás —activé mi sharingan antes de correr hasta él y lanzarle mi katana.

El hombre fue más rápido que yo y logró lanzarme una patada en el estómago haciendo que me arrodillara en el suelo, tratando de recuperar el aire que me había robado.

— Tal vez te la devuelva cuando termine con mi investigación —dijo con una sonrisa en sus labios, o eso es lo que sentí— o tal vez no.

—Imbécil...

Traté de pararme para volver a atacarlo, pero su mano tomó un pequeño polvo de sus pertenencias y lo rozó en mi rostro, haciendo que el sueño me invadiera por completo, volviendo mis párpados mas pesados.

— Buenas noches, Sasuke Uchiha...

Caí al suelo y mis ojos comenzaron a cerrarse conforme pasaban los minutos. Pude ver como ella estaba con los ojos cerrados, siendo llevada por aquel hombre. Lo último que vi antes de que todo fuera oscuridad, fue un tatuaje en la muñeca de aquel enmascarado, un tatuaje que se me hacía conocido.

Mis ojos se cerraron y fui consciente de una sola cosa...

El mismo peligro que obligó a vivir sin esperanza, el mismo que se escondió por tanto tiempo esperando la oportunidad para hacernos daño... aquel peligro me la había arrebatado.



Someone to stay (Alguien para quedarse)Where stories live. Discover now