AU/crossover - pasado/futuro (30)

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SI UN OSO AMA, ENCUENTRA GATOS EN TODO SU CAMINO

En su recorrido en motocicleta, antes de iniciar el Grand Prix, Otabek conoció a personas bondadosas y amables, cada quien a su manera, pero buenas personas al fin y al cabo.

El kazajo recordaba haber estado enamorado de Yuri desde que ambos eran solo unos niños, y ahora que era su amigo, no había otra cosa que lo hiciera más feliz.
Altin estaba en su habitación, empacando, pues debía viajar a Barcelona a la gran final. Y mientras hacía eso recordó dos sujetos que conoció en su camino, los cuales de alguna forma le recordaron a su amado ruso. Se recordó a sí mismo, bajo un excesivo calor, recostarse a su motocicleta y observar a un pequeño niño serio, de cabellos dorados y raíces oscuras, jugar voleibol junto a un grupo de muchachos con unas ropas iguales a la suya, se le hizo obvio que era un estudiante. Aquel joven tenía tanto talento para ese deporte, como Yuri lo tenía para el ballet.

Salió de sus pensamientos y una pequeña risa salió de él, era verdad que desde que había conocido a Yuri, hace tiempo ya, y había quedado impresionado con él, nunca más lo olvidó y lo encontraba en todas las cosas.
Había olvidado el nombre de aquel joven, seguramente por no haber puesto atención mientras le hablaba, por pensar solamente que le hacía  imaginar al ruso. Lo que no había olvidado era a aquel sujeto de elegantes ropas moradas y un extraño tatuaje en su lengua, era un adolescente, seguido de un mayordomo, y estos habían invitado a aquel muchacho deportista a ir con ellos. Esa vez se sorprendió del parecido entre ambos, y de como a su vez se parecían a Yuri. Pero era solo un parecido tonto, porque para Otabek no habría otro como su gato, nunca.

Con una sonrisa de la cual ni se dio cuenta, cerró la última maleta, y es que aunque no se percatara, Otabek hacía todo para ser amado. La puerta fue golpeada, y al abrir observa a un tigre ruso, el real, su amor, y su amigo. Su rostro aún es serio, pero él sonríe, y aunque es pequeña y efímera, la verdad de la situación, es que es un héroe muy feliz.

Amar a Otabek en 7 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora