Persecución

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     «No, no y no... ¡Cielos! ¿Por qué a nosotros? ¿Por qué ahora? Todo estaba bien y, de repente, brotan como de la nada. ¡Parecen estar por todas partes!

     »Seamos cautos. Con astucia y algo de suerte estoy convencido de que podemos darles esquinazo. De hecho, los que nos perseguían en coche por el camino del acantilado no lo harán más. Una imprudente maniobra los sacó de la vía y el vehículo dio varias vueltas de campana.

     »Nos acercamos despacio a la casa; todo aparenta normalidad. Hay luces encendidas, tal y como las solemos dejar cuando salimos a pasear. ¿Estará todo en orden? ¿Habremos evitado su letal persecución? ¡Espera! ¿Qué es eso? Algo o alguien, allá arriba. Acecha entre las sombras.

     »Sin embargo, debemos arriesgarnos. Es de vital importancia que alcance mi despacho, donde guardo lo que no puede, no debe, caer en sus manos. Sólo yo..., nosotros. Nos separamos para intentar infiltrarnos en nuestra propia casa. El primero que llegue ya sabe lo que ha de hacer.

     »Transcurren varios minutos, siento como si hubieran sido horas. He alcanzado la puerta de atrás; sé cómo abrirla sin hacer ruido. Todo permanece tranquilo y silencioso. Me deslizo por el pasillo hasta el despacho, cuya puerta está entornada; una luz indirecta ilumina la mesa. Traspaso el umbral, y mi corazón da un vuelco... Uno de ellos se gira y clava su penetrante mirada en mí.

     —¡Sr. Polsen! ¡Al fin lo encontramos! No pensaría que podría eludir eternamente una inspección de Hacienda ¿verdad?


Retos de Ciencia FicciónWhere stories live. Discover now