Capítulo 2: Bogotá

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"Al fin en Bogotá, como extrañé el frío, el helado viento que desarregla mi cabello al pasar cerca de mí, aquel frío viento me traía varios recuerdos, los recuerdos de él, su olor, sus ojos, su sarcasmo, algo que me mataba de él. Aparte de ser un patán seguía sintiendo algo por él, creo que era la costumbre, hablabamos casi todos los días, cuando no estaba "ocupado" u obsesionado con su estúpida "banda", la cual nadie le veía futuro (incluyéndome) pero no iba a pensar en ello, mi fondo de pantalla en mi celular era un "Don't cry, just say fuck you and smile"; no me siento mal por haber terminado con él, si no funciona es por alguna razón que desconozco en este momento."

Mi gran pasión siempre ha sido, es y será la música, desde que tengo memoria la música ha hecho parte de mi vida, un género, sólo uno, la sensación que sientes al escucharla, increíble, millones de sensaciones en una sola. El rock, lo esencial, ¿alguna banda en especial? Paramore, un gran encuentro de sentimientos y letras increíbles.

Me sentía lista para volver, pero tenía miedo, ¿miedo de que? o ¿a quien?.

Bueno, lo que más me aterraba era el cambio, un nuevo curso, nuevos compañeros, aunque yo era antigua, todo era nuevo para mí, una nueva etapa, mi mejor amigo se había ido a Venezuela, y tenía miedo de perder a alguien más, primero mi mejor amigo, luego mi novio, ¿ahora quien?.

Tal vez estaba atravezando una crisis existencial y me negaba a ir con el terapeuta, ese hombre me aterraba, pero tenía que ocultarlo, mis padres no lo sabían, podría sonar increíble, pero, no podía confiar en mis papás, por más que quisiera, me defraudaban, siempre le contaban mis problemas a toda la familia, como si se sintieran orgullosos de mis errores.

Al cabo de un tiempo me volví experta en ocultar lo que sentía, sentía que a nadie le importaba, y era así, nadie, en toda mi vida ha demostrado interés alguno por mis problemas, lo esencial es sentirse bien y así me siento, no me siento mal por ser lo que soy, o por pensarlo, soy experta en ocultar mis sentimientos, fingir, etc.

Volví a casa, todo igual como la dejé antes de irme de viaje "Al fin en casa"  publiqué como estado en facebook.

Como extrañé todo, pero daría todo por volver a quedarme definitivamente y para siempre.

Lo malo de volver era tener listo todo, tener todo en absoluta perfección. ¡Que pereza! el simple hecho de comenzar de nuevo me provocaba una pereza gigantesca.

Al final de ese "fin de" tenía todos los materiales escolares necesarios; sólamente cuadernos, esferos, portaminas y colores, no era necesario tener una lista para saber qué comprar, la mayoría las sabía de memoria.

Pensar en el colegio me aterraba, pero psicológicamente estaba preparada para volver, aunque sin mi mejor amigo, pero aún me quedaban amigos y otro patán como amigo.

"Tengo que llamar a alguien para adelantarme" 

En la primera persona en la que pensé fue en Paula, una de mis amigas que fue primer lugar en todos los períodos del año pasado y tenía una beca. En facebook le pedí a Paula el fijo, pues no tenía minutos en mi celular, así que la llamé, esperaba que no sólo me adelantara de las materias, si no en lo ocurrido hasta ahora.

- Y qué, ¿no ha pasado nada interesante? -pregunté extrañada.

- ¿Como qué? -preguntó Paula, al parecer el colegio seguía siendo la misma cosa aburrida de siempre.

- No sé, alguien nuevo tal vez.

- Pues, Santiago vino el viernes.

- ¡¿QUE?!, ¿no puede volver el lunes? -dije en tono triste, Santiago era mi mejor amigo, ¿recuerdan?

- No, hoy se va a Venezuela, él lo dijo.

- Que desconsiderado -dije en tono triste.

- Sí, sólo hay dos chicas nuevas en el salón -dijo cambiando de tema.

- ¿Tan poquitos?

- Sí, lo sé, una de ellas te caerá bien.

- ¿En serio? -era raro que mi amiga dijera eso, por lo general odio a las personas la primera vez que las veo.

- Sí, se llama Luz.

- Tiene nombre de caerme mal.

- Mira que no, es agradable.

- Si tu lo dices. -dije resignada.

En ese momento mi madre entró a la habitación a supervisar "disimuladamente".

- Y ¿eso es todo? -dije en tono serio mirando a mi madre.

- Sí.

- Ok, entonces hablamos después, adiós.

- Cuídate, nos vemos ¿irás el lunes no?

- Obvio, no se librarán tan fácil de mí.

Paula soltó una carcajada- Adiós.

- Bye.

TeenagerWhere stories live. Discover now