Perseguidos

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Ryutaro regresó agitado, no tenía idea de dónde se había metido Aoi y mucho menos lo que podría hacerle a Uruha, se dio cuenta que esos dos tenían algo cuando el ángel había entrado casi con desesperación a la mansión de Shou y sin revisar mucho había encontrado a Uruha en un instante, casi como si tuviera un radar.

Eso sólo ocurría si eran parejas únicas y si era así, Ryutaro no quería ni imaginar lo que pasaría.

Abrió la puerta de la sala principal y encontró muy juntos a Reita y al padre Kai, parecía haber interrumpido algo. Los otros dos al verlo se separaron bruscamente, rojos hasta las orejas. Ryutaro ladeó la cabeza al mismo tiempo que chasqueaba la lengua.

—¿Los sacerdotes no hacen votos de castidad? —preguntó un poco divertido, en realidad no entendía por qué los sacerdotes hacían aquello, es decir, la naturaleza debía seguir su curso...En fin.

Kai negó rápidamente—. No sé qué es lo que estás pensando, en todo caso. Sí, sí lo hacemos —se rascó la nuca alejándose lo mas que pudo de Reita.

—¿Dónde está Aoi? —preguntó el rubio desviando el tema rápidamente.

Ryutaro cambió la mirada—. Desapareció con Uruha...—no terminó de decir eso cuando su hermano entró a la sala.

—¿Qué? —preguntó Kyo—. ¿Ese ángel bueno para nada conocía a Uruha desde antes? ¿No se supone que tiene fama de ser el mejor cazador de demonios? —dijo sin entender si estaban en un problema o sólo debían esperar a que el otro apareciera.

—Creo que va mas allá de eso —contestó el menor tomando su tejido, el cual de ser rojo escarlata se había tornado de un gris oscuro. Al menos en su mayoría, pues todavía quedaban unas líneas rojas que estaban perdiendo color—. Va cambiando de color a medida que el hechizo pierde fuerza, por eso debo de seguir tejiendo, si se vuelve completamente gris los ángeles desterrados se manifestaran y violentamente —explicó al ver la cara de confusión del sacerdote.

Reita vio como el demonio hablaba pero no escuchó ni una sola palabra, de pronto se encontraba perdido en sus pensamientos. De algún lado se estaba imaginando una puerta, una enorme puerta con un pentagrama dibujado en ella, sintió la urgencia de abrirla; quería abrirla, necesitaba abrirla. Sin embargo sabía que no podía, necesitaba la llave, a pesar de que la puerta no tenía una cerradura aparente, él sabía que necesitaba la llave.

>>Uruha, necesitas a Uruha.

Fue mas bien como un susurro, uno que le inspiró confianza, puesto que él quería abrir la puerta y la voz le estaba diciendo cómo. De pronto vio una mano pasar frente a él y despertó de su ensoñación, la mano era de Kai. Se giró de forma brusca, se había olvidado donde estaba, parpadeó varias veces hasta que lo recordó por completo.

—Lo que sea que te estén diciendo las voces, ignóralas —dijo Kyo con voz seria mirándolo de forma acusadora. 

Reita se sintió diminuto como si su padre lo estuviera regañando por hacer alguna travesura ¿Qué acaso el ángel frente a él sabía lo que estaba pensando? 

 —No se supone que debería leerte la mente, pero sí, sí sé lo que estás pensando. Es una habilidad que todos los ángeles poseen —dijo el ángel. Tanto el rubio como Kai se sintieron incómodos de repente—. No se preocupen. Es voluntario, así que sólo lo hacemos cuando es en extremo necesario. En este caso lo hice porque tenía curiosidad de que era lo que te decían las voces, resulta que las malditas me bloquearon el acceso— sonrió de lado.

Ryutaro suspiró captando la atención de todos—. Es increíble lo poderosas que son, es decir, apenas se estaba empezando a debilitar el hechizo y de inmediato se manifestaron. De verdad están desesperadas —parpadeó varias veces sin dejar de tejer. Un pensamiento le cruzó por la cabeza pero lo ignoró de pronto.

Between Angels & Insects [The Gazette]Where stories live. Discover now