Control.

35 2 0
                                    

¿Por qué queremos controlarlo todo? ¿Supervisarlo? ¿Cuál es la necesidad que nos lleva a querer saber todo del otro? ¿Sus horarios? No niego que a veces eso lo hacemos para protegernos a nosotros mismos y para aprender pero… ¿llevado a la obsesión? ¿A querer tenerlo todo bajo control, todo sabido, todo…? ¿Y, una vez controlado, echarlo en cara o utilizarlo? ¿Y esa rabia que sale, que dan ganas de romperlo todo, tirarlo…alejarte de él? ¿Esa rabia que sale cuando nada va como tu quieres? ¿Cuándo no puedes controlar nada? ¿O cuando lo que quieres controlar no quiere ser controlado y decide llevar las riendas de su vida, decidir lo que quiere y equivocarse él mismo, aprender?

Y la envidia… ¡La envidia! Hay dos tipos de envidia: la sana y la mala. La buena es una especie de mezcla entre envidia y admiración. Y dices: ‘‘Ostia, si es que este…’’ y quieres llegar alto, llegar a ser como él o, por lo menos, llegar a tener lo que tiene esa persona. Y la envidia mala, la insana… la envidia que te hace desear todo el mal a esa persona, la envidia que no te deja hacer nada, la envidia que te come por dentro y te hace ser rencoroso, cruel o malvado o lo que sea que se le llame.

Y no solo eso, sino también juega un factor clave la manipulación. No la manipulación sana, no. La manipulación a conciencia, para hacer daño, ESA manipulación…

Y los chantajes, hechos para reducir la voluntad del otro, dominándolo, dejándolo sin libertad…

Libro de relatos.Where stories live. Discover now