4. Dioses de Antara - Capítulo 1: la diosa

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Lievanna: «El mundo se acaba. El sol de Llumia ha iniciado su cuenta atrás. Le resta ya poco tiempo y cuando su luz se apague, todo sucumbirá con él. Antes de que eso ocurra, brillará con más fuerza de la que jamás hayan visto nuestros ojos. Después, el extenso manto de agua que cubre nuestro mundo desaparecerá, arrastrando tras de sí toda la vida que albergan mares y océanos; el cielo se desplomará sobre la tierra yerma, bajo los abrasadores brazos del moribundo astro. Los diminutos granos de arena, empujados por el viento, se colarán entre las grietas abiertas en la seca tierra; arañazos desesperados de un mundo en declive. El aire traerá consigo un susurro de desaliento, como el último suspiro de un mundo resignado a su suerte.

Y tras la agonía, la luz del sol se apagará. Llumia quedará sumida en las tinieblas y cuando la luna se pose sobre el lecho seco de lo que antaño fuera el Mar de los Astros, nuestro mundo habrá rubricado su final».

*****

Zornak avanza a través del largo pasillo que conduce al salón principal del templo. Su negra indumentaria contrasta con la blancura de techos, paredes y suelos, convirtiéndole en una mancha en medio de tan inmaculada visión. Gira a mano derecha, sujetando ligeramente su capa y tan pronto como llega a su destino, abre el elevado portón, que cruje en la inmensidad de los techos abovedados. Allí, siete figuras —dos mujeres y cinco hombres— aguardan con una notable gravedad dibujada en sus rostros. La mayoría de ellos lo hacen sentados alrededor de una mesa circular esculpida en mármol con multitud de gravados en su superficie. Un hombre y una mujer esperan de pie.

El recién llegado efectúa una marcada reverencia al llegar, y Lievanna, la anciana que está sentada se incorpora.

—Te estábamos esperando, Zornak —dijo.

—Lamento la demora, mi señora —responde él—. Los caminos están... cortados en muchos tramos y se hizo necesario bordear las Montañas de Niebla.

—¿Cortados? —pregunta Lynae, la otra mujer, que aguarda de pie, mucho más joven. Zornak la reconoce al instante, pues a pesar de esa evidente juventud, gobierna con gran brillantez en las Tierras Vardas, donde cuenta con uno de los ejércitos más poderosos de Llumia—. Creí que os habíais tomado una tregua en vuestras absurdas e interminables guerras. Y sin embargo, seguís minando los caminos.

Aidun y Nial, dos de los hombres que permanecen sentados a la mesa, se dan por aludidos. El primero de ellos, habla:

—La tregua sigue vigente por parte de Evestya —dice.

—También por parte de Alakron —apostilla el segundo—. Mis hombres tienen órdenes de no atacar mientras dure esta Asamblea y hasta que yo regrese.

—Entonces... —murmura de nuevo Lynae.

—Cortados de forma literal —interrumpe Zornak—. No hablo de hombres afinados en los caminos con la intención de emboscar a viajeros o enemigos, sino de tierras que se hunden bajo nuestros pies. Por todos los dioses, ¿qué está pasando?

—También en los Reinos de Nasdar lo hemos notado —interviene Bardot. En pie, su espectral figura contrasta enormemente con el del resto de asistentes a la reunión. Su piel blanquecina se funde con el gris suave de su cabello y sus ojos, de un hipnótico violáceo evidencian lo poco acostumbrados que están a ver la luz solar, pues los násdaros habitan en las profundidades de mares y océanos. Avanza unos pocos pasos y la sensación para todos es la de que el hombre levita de alguna extraña forma—. Continuamente se abren grietas en los lechos marinos y los maremotos están destruyendo buena parte de nuestra fauna y flora. Es un desastre.

—Supongo que en Caelo las cosas deben estar más tranquilas, ¿no? —pregunta Lynae.

—Supones mal —responde Nerum. Sus enormes alas grisáceas se mantienen abiertas a sus espaldas, sobre el respaldo de la silla en la que permanece sentado—. Las Cumbres de Eneya llevan semanas sufriendo aludes y desprendimientos. Desde el aire no sufrimos sus consecuencias de forma directa pero los cambios en nuestra orografía están destruyendo aldeas y reinos. Tampoco somos ajenos a lo que sucede en otros puntos de Llumia.

Dioses de Antara (Dioses y Guerreros 1)Where stories live. Discover now