♢Capitulo 2.♢

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Ahren A. G


Ya habían pasado tres días, no había vuelto a casa, pero le escribí a mi madre. No quería enfrentarlos y más cuando encontraron la nota. Me quedo con Adler y es sin duda un gran chico, salvo a un niño de un incendio y en estos tres días lo he conocido más, su color favorito es el negro y gris, siempre pone películas de terror, pero se termina aburriendo. Yo en estos tres me he sentido algo bien, no he ido a la escuela un. Pasaba las noches llorando, pero Adler siempre estaba. Alaska, la madre de Adler es muy buena persona no esta porque tiene dos trabajos, diseña interiores y trabaja medio turno en un hospital.

Cuando ella estuvo ayer nos pusimos a ver películas los tres, siento como encajo aquí y como me quieren a pesar de tener casi 4 días con ellos. Corrí el riesgo al buscar algunas de mi cosa de casa, ahora me quedaré con ellos un tiempo.

Suelto una pequeña carcajada al ver a Adler caerse a la piscina, estábamos los tres haciendo una parrillada y con juegos. Me siento tan feliz justo en este momento.

—Ahren ven, esta buena el agua.

Niego varias veces, no iba a bañarme en la piscina, mejor veo. En primer lugar no tenía traje de baño, en segundo lugar no iba a dejar que mis cicatrices se vieran.

—No, en serio no quiero, ¡Adler no! —Grito cuando me carga y camina conmigo a la piscina —Adler no, por favor —Le suplico, pero siento como me tira, caigo al agua y me hundo, nado saliendo a respirar y me cruzo de brazos, él se carcajea —No te rías, me las pagaras.

—Está bien, paz —Me extiende la mano y aprovecho para lanzarlo, ahora rio yo, y empiezo a tirarle agua —Que tramposa eres! —Me toma de la cintura pegándome a él, trago grueso y dejo de tirarle agua.

—Y-Yo, tengo hambre —Muerdo mis labios, estoy demasiado nerviosa, él me mira y yo lo miro, siento como deja caricias en mi piel, muerdo mi labio nerviosa.

Nos quedamos mirando a los ojos como si el tiempo se hubiera paralizado, miro sus hermosos ojos grises, lo que más me gustaba del son sus ojos y sus hermosos hoyuelos. Veo como se acerca más a mí y me pongo más nerviosa, nuestra respiración se vuelve una y él apoya mi frente con la de él, mira mis labios y luego me mira a mí, cuando va a hablar nos interrumpe un grito.

—¡La comida esta lista, vengan! —Ambos nos espantamos un poco y miramos la puerta de la cocina donde vemos a su madre ocultar una sonrisa traviesa, lo escucho bufar y se separa.

—Vamos a comer pequeña.

Toma mi mano y salgo con él, muerdo mis labios sin decir nada aun en shock por lo que acababa de pasar, ¿Me iba a besar?, lo miro y frunzo leve mi ceño.

—¿Qué fue eso? —Relamo mis labios y entro a la casa.

—Eso, pues nada —Me mira y señala mi ropa —Deberías irte a cambiar, te podrías resfriar.

Asiento sin decir más nada y salgo viendo como su mamá se acerca a él y le jala de las orejas, rio y camino a la habitación, empiezo a quitarme la ropa y me cambio con un vestido suave y cómodo para la ocasión, hoy era domingo y mañana tendría que volver a la escuela, cosa que no quería, porque volverían los insultos y burlas de los demás chicos y Kyle. Aunque ahora tenía a Adler y sé que al menos contaría con él.

Bajo y escucho gritos en la sala, corro bajando las escaleras y me quedo paralizada al ver a mi padre discutir con Alaska.

—Es mi hija, tráeme a esa zorra de regreso, sé que está aquí, la seguí.

Siento mi corazón latir rápido y el pánico apoderarse de mi cuerpo, miro a la madre de Adler interponerse en medio de ambos.

—Cálmense ambos y arreglemos esto como adultos, y no le diga zorra es una chica demasiado educada, no como usted... —Miro como mi padre le lanza una bofetada y es ahí cuando Adler se lanza encima de él para empezar a golpearlo.

HuracánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora