Ashlee. (Parte 1)

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Ashlee. Qué decir de ella. 

Recuerdo el día que nos conocimos, y no fue en la ESO. En realidad, pasábamos los recreos juntas en primaria porque las dos nos quedábamos a comer en la escuela al mediodía. No siempre, pero a menudo. No volví a saber nada de ella hasta que empecé secundaria, donde reapareció en mi vida en forma de integrante de un pequeño grupo compuesto por Finn, Madison, Irina, Kya y nosotras.

Tras dejar el bachillerato, adivinad quién volvió a mi vida. Sí, Ashlee. Pero esta vez sin Finn y sin Kya. Solo nosotras dos. Éramos un poco más maduras que antes y decidimos dejar el pasado donde pertenecía: al pasado. Empezamos de nuevo.

Durante los siguientes años, Ashlee y yo conversábamos a diario por Whatsapp. Nos inventamos nuestro propio universo ficticio, hablábamos de nuestros gustos, veíamos películas, leíamos y escribíamos historias que nadie leería jamás. Era nuestra pequeña burbuja donde escapar de la realidad, a nuestra manera. 

Pero los problemas regresaron y esta vez lo hicieron en forma de chico. Era la primera vez que Ashlee conocía a un chico siendo amigas, y yo no sabía cómo lidiar con ello. Había perdido muchas amistades y a un ser querido (del que todavía me estaba recuperando), y la inseguridad y el miedo me invadió. Temía que al tener novio me dejara de lado. Aquello hizo que mi yo posesiva regresase. Eso provocó que Ashlee se pusiera incómoda conmigo y discutimos. Me bloqueó. No me dio la oportunidad de poder hablar las cosas. 

El miedo a quedarme sola de nuevo me invadió y, al no tener a nadie con quién desahogarme (ya que volví a dejar la terapia porque no me funcionaba y no tenía más amigos aparte de Ashlee), me volví más insegura que antes.

Un mes después, Ashlee me escribió. Decidimos darnos una oportunidad, pero poco a poco. No iba a volver todo a la normalidad. Pero aquello empezaba a convertirse en un ciclo.

Y yo me empezaba a agobiar. Ashlee consumía gran parte de mi tiempo y la relación ya no era como antes, sino más bien distante. Hablar todos los días se volvía incluso pesado. Hasta que tomé una decisión drástica:

Terminar con ella de una vez por todas.

La chica perdida #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora