Escritos de una mente perturbada

El sufrimiento de una musa sin poeta

Te escribo en esta habitación que como he relatado antes es amarilla, te escribo para reclamarte que estoy cansada de esperar una ilusión, algo ficticio que está solo en mi cabeza.

Te he visto en hombres altos, morenos, blancos, bajos... Te he visto en hombres amargados y hombres sonrientes, he pensando que eres aquel hombre que me folla bien y he pensando que eres el que me ha agarrado de manos, el último que pensé quien eras se ha ido con alguien más, como siempre, como todos.

Estoy cansada de amanecer en camas ajenas a la tuya, he probado labios, hablado de todo, siendo tan transparente como siento que tú también lo eres, he estado con virgos, sagitarios, libras y escorpios, tú al parecer aún no llegas.

Espero a ese artista que me haga canción, que me haga poema, que me haga suya y se quede conmigo y mi locura.

He llorado porque todos me ven para lo mismo, solo ser su amante, al parecer soy muy buena cama pero nadie quiere compromiso, lloré por alguien que nunca me dio mi puesto y me cree historias ficticias, igual que contigo, no te conozco y aún así te escribo, ¿moriste?

Quiero esa complicidad que sé que algún día me darás, quiero saciarme de ti, probarte, comerte, quiero encontrarte, ¿por qué mierdas no apareces?

¿Eres menor, eres mayor? O tal vez no te gusta el ron.

Estoy cansada de que la transparencia que tanto me caracteriza sea utilizada por personas que solo quieren un rato. Estoy cansada de los ratos, ¿dónde mierdas te escondes?.

Ya dejaré que la vida y la soledad me haga comprender que solo soy un pedazo de carne para las personas que me desean comer.