1. Tejidos Frágiles

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Y fue esa noche de fin de año, que empecé a escuchar mi cuerpo. Punzadas tras punzadas en el pecho, no podía descifrar si era algo muscular, o estaría por sufrir un infarto. En otro momento lo hubiese dejado pasar y me sumergiría en la soledad de mi cuarto, fumando un cigarrillo y hundiéndome en los espacios cóncavos de mi mente. Tal vez, a la par de una luz tenue, y escuchando los rasguidos de un viejo blues que deleitará a mis oídos. Pero este dolor era diferente. Requería doble atención, porque era incapaz de ponerle un nombre o un grado de dolor, pues era la primera vez que lo experimentaba. Intentaba pensar y reproducir paso por paso de cuando comenzó todo esto. Porque como diría mi madre, tengo la fortaleza de un roble, ya que jamás enfermaba. Entonces, qué pasaba en mi cuerpo que enviaba señales inaudibles hacia el exterior, pero con una capacidad de dolor asombrosa, que traspasaba los limites de la tolerancia. Activaba cada molécula de mis ojos hasta hacerlos lagrimear, aceleraban los latidos de mi corazón hasta el punto de sentirlo explotar, la sudoración excesiva de mis manos parecían lagunas dentro de otras lagunas y un tormento mental del que nadie podría escapar. Claro, lo sabía muy bien.. sólo eludía el hecho de no poder aceptar que no te correspondía..

Lo que experimenté esa última noche de año nuevo, dónde debía ser un festín y celebrar la nueva vida, yo estaría comenzando a celebrar la entrada a mi muerte. Experimenté las fases prevías al estrangulamiento final y posterior, que sufriríamos todos los decepcionados cuando no nos corresponde un amor, cuando nos mienten en la cara, y nos hacemos cargo de cuánto los amamos. Fue el último día de mi año más horrible y doloroso que pude imaginar. Porque mientras tú volabas libre por los prados de la vida, dejando estelas de felicidad, yo me hundía en el peor de los tarros de mierda que puede enterrarse el alma, despedir la esperanza y matar la ilusión. Ahora asumo responsablemente, que tengo el cuerpo como un roble pero mis tejidos tan frágiles como el cristal fino.

Me astillaste el corazónWhere stories live. Discover now