2. Recordándote

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Luego de la noche infernal que viví. Mejor dicho, de experimentar mi propia muerte, el único método de resurrección que tenía, era recordar como te había conocido. Es la única forma de juntar los pedazos rotos, que cayeron por todo mi cuarto el día de ayer y parecía que no volvería a ver la luz de la mañana de nuevo. La angustia había desaparecido y había quedado ciudades destrozadas dentro de mí, luego de una guerra.

Me dirigí sigilosamente hacia la cocina, para no despertar a nadie, - vivo sólo desde los dieciocho años en la gran ciudad, pero había regresado a mi ciudad natal a pasar las fiestas con mi familia.- Entré en la cocina, y me serví un vaso de yogurt. Mis manos flaqueaban al levantar cada cosa, el cuerpo estaba tan liviano que levitaba por el cuarto. Me miré en el espejo y veía un fantasma reflejado. Y decidí entonces, que era momento de resucitar, ¿y cómo?Recordándote. 

Fue un cruce de miradas sin atención. Te vi pero no te vi. Tú seguiste tu camino y yo continué por el mio. A las semanas te encontraría por Twitter y comenzaría una histeria sideral  por redes sociales. Hasta que finalmente, me atrapaste en tus propias redes sin salida. El amor crecía con cada cosa que hacías. Cada gesto, mirada, enojo, llanto. Recuerdo tus ojos entonados cuando me pedías disculpas por haberte enamorado, y ahí fue que caí a tus pies. Empecé a escribir la historia de mi vida, y estaba decidido a escribirla contigo. Tú estuviste de acuerdo. Era el hombre más feliz del mundo, agradecido, miraba las estrellas y les agradecía por responder a mis ruegos. Pedía un un príncipe que gobernara mi mundo, y termino cayendo un rey. Mayor rango imposible. Desde luego, creí de inmediato que lo imposible lo hacemos sólo nosotros en nuestras mentes, y que todo es posible. Estaba saboreando por primera vez, en veinticuatro años, el sabor del verdadero amor. Me gusta saber como ahora, al recordar esto, mi sonrisa aparece de nuevo en mi cara, mis ojos se cargan de ilusión y mi fe empieza a crecer. Claro, no todo lo bueno dura para siempre, porque otra vez se puso en mi mente cómo me sentí ayer, y mis ojos rebalsaron lágrimas saladas de nuevo. Porque podemos amar demasiado a una persona y jurarle amor incondicional, hasta que ya no estemos con ellos, pero lo cierto es que, al final el amor siempre duele. Y amarte así, no sería la excepción.

Me astillaste el corazónWhere stories live. Discover now