Capítulo 6

1.5K 269 176
                                    

—Kim Jennie, Park SooYoung, Kang SeulGi... Tampoco está aquí.

JaeMin dejó escapar de sus labios un suspiro de cansancio y se echó hacia atrás, recargándose en el espaldar de su silla. Había mantenido una postura tan inadecuada durante horas, encorvándose mientras leía, que sentía que su espalda se quebraría en cualquier momento.

Para su infortunio, no había ningún atisbo de YuNa hasta la mitad del anuario del 2006. Se aseguró de revisar cada nombre y prestó mucha atención a la fotografía de cada muchacha, por si alguna se parecía físicamente a la adolescente fantasma, pero nada. Tal vez, solo tal vez, YuNa no tuvo ningún compañero que la extrañara y al que le importara preservar su recuerdo como para proponer que fuera mencionada en el anuario de su graduación. Tal vez nadie quiso hacerlo, pero, ¿por qué? O quizás JaeMin estaba pensando demasiado las cosas y simplemente el doceavo grado "B" del 2006 no eran la sección ni el año correctos en los que YuNa hubiese culminado la escuela.

Giró hacia la derecha y se encontró con la montaña de libros y cuadernos que había dejado sobre su cama varias horas atrás. Tenía tanta tarea por hacer y tantos temas por estudiar. Volvió la vista al escritorio y observó el anuario abierto exactamente a la mitad, lleno de fotos, nombres, números de teléfono y futuras carreras que anhelaban estudiar aquellas personas que, en ese entonces, se despedían de la vida escolar. ¿Habrían cumplido sus metas? ¿Tendrían la vida que soñaron cuando adolescentes?

Se revolvió los cabellos naturalmente desordenados. Sentía una enorme necesidad de descansar, pero estaba hundido de pies a cabeza en un montón de responsabilidades y, aunque esa no era su manera favorita de pasar un sábado, no podía hacerse ajeno.

Esa noche, como todas desde que se envolvió en el caso de la muchacha fallecida, no podría dormir.


Martes, 04: 32 p.m.

—Te ves más muerto que yo.

JaeMin arrugó la nariz—. No me veo tan mal.

YuNa y él observaban sus rostros reflejados en la gran vitrina.

—Te ves terrible.

Él se observó con más atención. Su cabello negro estaba tan alborotado que parecía haber pasado por una descarga eléctrica, su pequeño rostro se veía un poco más delgado y, bajo sus ojos, el tono vivo de su piel había ido cambiando hasta hacerse oscuro, casi grisáceo.

Efectivamente, lucía terrible. Como un vagabundo.

—No quiero que la gente me vea así —murmuró—. Me voy a casa.

YuNa soltó una risilla —. Solo bromeo. Te ves adorable.

Él suspiró —. Tuve esta mala apariencia todo el día y no me avisaste antes...

JaeMin nunca antes se había preocupado por su aspecto físico. Fuera de permanecer aseado y usar ropa limpia, verse bien era algo que poco le importaba. Pero últimamente, debido a que cada vez que decía algo, JeNo lo observaba con especial atención, como si fuese la cosa más interesante de todas, una parte de él empezó a cuestionarse si no estaría muy mal levantarse cada mañana más temprano de lo usual para darse un baño, o si quizás le serviría invertir un poco de sus ahorros en alguna que otra crema hidratante o un mejor shampoo para tratar sus revoltosos cabellos. Viéndose a sí mismo en el reflejo de la enorme vitrina, llegó a la conclusión de que la mejor opción era el shampoo.

Preocuparse por ciertas cosas que antes no le habían preocupado, interesarse en mejorar su apariencia cuando nunca antes le había interesado, todo debido a una persona... JaeMin sabía lo que significaba.

El niño que podía ver fantasmas (Nomin) (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now