Capítulo 31.

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19 de Noviembre de 2019.

Hicimos el camino a mi casa en total silencio. Nadie había dicho nada con el miedo de decir algo que lastimara a Bia, no sabíamos que hacer así que Leo pensó que sería bueno traerme a casa.

Bianca no había dicho mucho, después de ver la casa vacía salió y subió al auto así que aquí estamos ahora sumergidos en un silencio incómodo, por suerte ya habíamos llegado a la entrada de mi casa y al menos sabía que Bianca no estaría sola.

—Acompañaré a Iván a la entrada.

Leo asintió y ambos bajamos del carro y ya parados enfrente de la puerta solo se me ocurrió preguntar lo más fastidioso que puedes decirle a una persona cuando las cosas están mal:

—¿Estás bien?

—No lo creo. Pero lo estaré.

—Solo dime si necesitas algo—tomé su mano y ella me sonrió.

—Al menos me alegra no haber pasado por esto sola.

21 de Noviembre de 2019.

Bianca.

—No necesito que estés detrás de mí todo el tiempo, Leo.

—No estoy detrás de ti.

—No has vuelto a tu casa en estos días, así que sí, estás detrás de mí.

—Pedí unas pequeñas vacaciones.

Rodé los ojos y me senté a comer en el sofá. Estos días no he salido de casa y sé que debería de estar estudiando pero mi cerebro está saturado de información, he aprendido mucho en estos meses y sé que pasaré mis materias aún así saque una nota baja. Lo de estudiar era una mera excusa para pasar tiempo con Iván pero ahora no tengo ganas de eso, de hecho no tengo ganas de estar con nadie pero un hermano mío ha estado durmiendo en casa desde que no encontramos a mamá.

Sé que a él también le duele, no tanto como a mí pero lo hace.

—Pues deberías volver, de seguro allá es más tranquilo que aquí.

—Al menos lo será hasta que el monstruo que llamas amiga llegue a vivir conmigo.

—No vivirá precisamente contigo.

Ana está harta de la carrera que está estudiando. Va a dejarla y buscar oportunidad en la música pero es obvio que aquí no lo conseguirá, así que buscó buenas escuelas y encontró una en la ciudad de Leo, él le consiguió un departamento en el edificio donde vive y bueno... en enero empezara su vida ahí.

—Lo sé.

Se quedó callado pensando, sé que quiere decirme muchas cosas pero no lo hace con temor a como pueda reaccionar. Es estresante que desde que pasó lo de mamá todos actúen con cautela a mi al rededor.

—Ya dime lo que tienes que decir.

—¿No crees que sería bueno que vayas con Ana?

—¿A dónde?

—Pues a vivir.

Hace meses Ana me lo planteó, y mi respuesta fue un rotundo no, pero ahora...

El Segundo IdiotaWhere stories live. Discover now