» Nueve «

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Arabella Montserrat.

El día de hoy, sorprendentemente me encuentro más animada.

Me levanté temprano, arregle mi habitación, coloque algo de Aerosmith, y arregle un poco mi cabello.

Hice el desayuno para mi familia y para cuando despertaron ya era Guns N' Roses los que se escuchaban.

—¿Un día libre de hacer desayuno para mi? —Es lo primero que dice Troy.

—Hice huevo y tocino, tu favorito.

—Increible, te subestime creyendo que prepararias cereal.

Llevo la mano a mi pecho con fingida indignación.

—Oye, me dolió.

—Si haces esto para que te dé permiso para algo, no lo tienes.

—¿Cuando he hecho algo así para pedir un permiso, papá?

—Nunca, pero a veces me gusta creer que tengo hijos normales y por eso actuo como un papá normal.

Suelto una risa.

Los tres desayunamos mientras charlamos de temas triviales y al terminar Troy levanta los platos y friega con ayuda de Sam.

Subo a mi habitación y me acuesto con el celular a escribir por el grupo de mis amigos.

Ara: ¿Que hacen?

No responden inmediatamente.

Alan: Pensando seriamente si vivir vale la pena.

Nadia: Soy eso.

Alan: ¿Por qué, pequeña Ara? ¿Tienes planes?

Belle: Quiero ir a una piscina, mi cuerpo exige acostarme debajo del sol a broncearme.

Ara: ¿Y si usamos la piscina de mi residencia?

Alan: Te habías tardado en decirlo, ya voy en camino.

Me levanto y busco algún traje de baño en mi armario. Escojo un bikini agua marina que hace tiempo no uso y me monto encima un kimono blanco.

Decido esperar que mis amigos lleguen mientras tomo el celular y le escribo al vecino que se ha vuelto mi amigo estos últimos días.

Ara: Hola, ¿Cómo estás?

Está vez, la respuesta llega rápido.

Wyatt: Enana, dichoso los ojos que te leen. ¿A qué se debe el honor?

Me río inmediatamente.

Ara: Los chicos vienen a la piscina ¿Te unes?

Wyatt: De acuerdo, le diré a los chicos, te veo en 10 ahí.

Suelto el celular y me levanto. Tomo un shorts de jeans corto y me lo coloco.

Me miró en el espejo.

Hay días que me gusta mi figura, digo, soy bailarina, y entreno gracias a eso mismo, tengo un cuerpo que muchas veces me han dicho que quisieran tener, y no se trata del reloj de arena, pero si es lindo... Aún así tengo esos malos días dónde cada parte de mi me parece horrendo.

El piercing resalta en mi obligo. Sí me lo había quitado pero decidí volvermelo a colocar, pues a mí me gusta.

Tomo mi celular y lo meto en el bolsillo del shorts. Llevo una toalla en mi mano, y voy directo a avisarle a mi papá sobre mis planes para este día.

Salgo de casa y ya en el área de la piscina encuentro a Wyatt en su auto estacionado. No nota mi precensia por lo que me acerco y tocó su ventanilla, me mira y baja la misma.

Por toda la eternidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora